Les ofreció trabajo con jugosos salarios y desapareció con $4 millones

• Unas 300 personas estafadas al pagar ‘cursos fantasma’ de seguridad:

Al menos unas 300 personas de varias ciudades del país, entre ellas unas 60 del Valle de Aconcagua, habrían sido engañadas por un sujeto a quien sus víctimas identificaron como Luis Martínez Castillo, un presunto exsuboficial mayor de Carabineros que buscaba reclutar personal de seguridad y de cocina para ciudades del norte de Chile, y otras supuestas bases operacionales de una empresa llamada Emall Solares en la parte centro-norte de Chile.
Algunas de las personas afectadas aseguran haber renunciado a sus trabajos cuando recibieron jugosas ofertas de trabajo que rondaban el millón de pesos mensuales y hasta salarios más altos del millón.

CABOS SUELTOS
Sin embargo, como todo chileno que nunca pierde la malicia, muchos de quienes estaban depositando dinero a Luis Martínez para cubrir así un curso de seguridad exigido para el trabajo, empezaron a observar cabos sueltos que llevarían a otro de los afectados, Manuel Alejandro Silva Letelier, a conducir su propia investigación con ayuda de otras víctimas: «Nosotros empezamos a sospechar de este señor porque nunca nos quería dar el nombre de la empresa que él decía representar, supimos que él no era ni fue suboficial mayor de Carabineros, sólo estuvo un año en Carabineros, y apenas era peluquero», dijo Silva a Diario El Trabajo.

DEJÓ SU TRABAJO
Esta manera de trabajar del denunciado, se desarrollaba con apoyo de sus mismas víctimas, una de ellas por ejemplo, hasta fingió ser hija de los dueños de esta empresa para ‘engrupir’ a otras personas, esperando con esto también recibir su parte del pastel. Nuestro medio habló con un exempleado de una farmacia sanfelipeña, quien renunció a su trabajo para reclutar a otras personas en esta cadena de hechos. Se trata de Miguel Ángel León Padilla, ahora vocero del grupo de personas estafadas: «Yo soy un exempleado de Farmacias Cruz Verde de Tottus, a mí me contactó un tal Luis Martínez y me ofreció un buen puesto en una empresa de seguridad en el norte, un puesto muy bien pagado. Este ‘caballero’, si es que se le puede llamar así, se nos presentó como un suboficial en retiro, nos ofreció trabajo para una supuesta empresa llamada Emall Solares, y que esta empresa necesitaba muchos guardias de seguridad para cuadrantes en Ovalle, Til Til, Casablanca, La Serena, Calama y Antofagasta. Este señor, Luis Martínez, sostenía reuniones con nosotros, pues como a mí me ofreció un buen sueldo, me pidió que yo mismo seleccionara el personal, y caí en esa trampa, yo estoy denunciando y dando la cara ante la opinión pública, este estafador tiene que pagar», dijo León a Diario El Trabajo.

OTROS AFECTADOS
Nuestro medio también habló con Romina Arias, guardia de seguridad de 27 años: «Yo fui estafada por este tal Luis Martínez, él nos ofreció un trabajo muy bien pagado para el norte, me siento muy mal porque nos ilusionó con esta ‘peguita’, a otras personas él sí les pidió dinero para un curso de seguridad, yo no le deposité plata porque tengo mi curso al día», dijo la joven.
Pero esta estafa no afectó a guardias de seguridad, también hubo personal de cocina engañado, entre estos profesionales la chef Karina Silva de la Fuente, soltera y con un hijo: «A mí este señor me ofreció un cargo de jefatura, me pagarían $800.000 al mes, y a los ayudantes $300.000 mensuales, mucha gente de cocina también salió engañada, estuve un mes trabajando en planificar para otros candidatos, en fin, una gran estafa».

ESTAFA TROYANA
Estamos entonces frente a una ‘estafa troyana’, en la que el presunto estafador logra manipular a gente honesta para inducir a otras personas para la estafa, en general todos son las víctimas. ¿Por qué Troyana? Porque uno de los roles que jugó una importancia para esta estafa se efectuara, es la que tuvo una mujer del mismo grupo, Paola Valdés, pues ella se presentó ante estas personas asegurando ser hija de los dueños de esta gran empresa nacional, situación que permitía que se desarrollara tanto desde adentro como desde afuera, la estafa completa, pues todas estas acciones se concretan gracias a la confianza que esta mujer y el mismo Luis Martínez les hacían sentir.
Esta dama luego, cuando todo se desmoronó y quedó al descubierto, cambió su versión de su identidad y reconoció que ella no sabía del engaño, contradictoriamente al hecho de hacerse pasar por quien no es. Serán los tribunales de justicia los que emitan un veredicto en este enredo de roles, lo cierto es que el sospechoso resultó inubicable cuando le llamamos por teléfono.
Roberto González Short