- Víctima adulta mayor fue agredida a golpes en Llay Llay: El caso se remonta al año 2010 en circunstancias que el enjuiciado agredió violentamente a una comerciante para robarle su cartera. La Fiscalía llevó a juicio este caso debido a que en ese entonces no se tenían antecedentes de su condición psiquiátrica.
Bajo internación en el Hospital Psiquiátrico de Putaendo, como medida de seguridad, fue el dictamen emitido por el Tribunal Oral en Lo Penal de San Felipe, en contra de un enajenado mental que fue enjuiciado por la Fiscalía tras un robo con violencia, resultando como víctima una adulta mayor comerciante en la comuna de Llay Llay, quien fue atacada cuando cerraba su negocio, siendo brutalmente golpeada.
No obstante, al haberse establecido con posterioridad a este hecho, que el sentenciado fue diagnosticado de enajenación mental, el Tribunal Oral en Lo Penal de San Felipe, lo consideró culpable de la acusación que elevó la Fiscalía por el delito ocurrido el 13 de febrero del 2010 pasada la medianoche.
En ese entonces la propietaria de la Perfumería Colonial, ubicada en calle Agustín Edwards esquina Balmaceda de la comuna de Llay Llay, se disponía a cerrar su negocio, siendo abordada sorpresivamente por el condenado.
La víctima recordó que su atacante la agredió a patadas en distintas partes de su cuerpo, hasta arrojarla al suelo para arrebatarle su cartera, arrastrándola incluso unos metros debido a que la mujer se negaba a entregarle la especie.
Sin embargo el antisocial logró su cometido, escapando a gran velocidad, siendo perseguido por testigos quienes en persecución logran reducir al malhechor, dando cuenta a Carabineros y devolver la especie a la víctima.
A raíz de este brutal enfrentamiento, la víctima debió ser trasladada hasta el Hospital de Llay Llay, siendo diagnosticada por el médico de turno con policontusiones de carácter leve.
El Fiscal Rodrigo Zapata Cuéllar informó a Diario El Trabajo que esta causa se mantuvo durante mucho tiempo suspendida condicionalmente por enajenación mental del imputado, quedando sujeto a diversas pericias psiquiátricas en el Hospital Phillipe Pinel de Putaendo, hasta que a finales de abril del año pasado la causa se reactivó, para continuar con las diligencias del caso hasta llegar a reunir a la víctima y testigos en un juicio oral tras siete años de lo ocurrido.
Tiempo en que judicialmente se considera como media prescripción de la causa, obligando a los jueces del Tribunal Oral en Lo Penal a rebajar la pena. No obstante la Fiscalía, en sus argumentos durante el juicio, fue discutir sobre el estado mental del sentenciado al momento de los hechos en el año 2010 y que no existía este antecedente, sin embargo el diagnóstico psiquiátrico fue determinado años más tarde.
“Al no estar establecida la enajenación mental a ese tiempo, el Tribunal no sobreseyó por su estado psiquiátrico como requería la Defensa. No obstante al demostrarse científicamente este trastorno mental que sufre el condenado, el tribunal aplicó como sentencia una medida de seguridad consistente en dos años de internación privado de libertad en el Hospital Psiquiátrico de Putaendo”, afirmó el Fiscal Rodrigo Zapata.
Pablo Salinas Saldías
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