- Contador sanfelipeño Raúl Vega Donoso:
Luego que publicáramos varias reseñas la semana pasada de personas que el 7 de agosto serán premiadas por el Municipio en calidad de Distinguidos en distintas categorías del quehacer social en nuestra comuna, hoy martes queremos compartir con nuestros lectores algunos apuntes de don Raúl Daniel Vega Donoso, quien a sus 67 años de edad recibirá la distinción Profesional Destacado 2018.
Este contador aconcagüino es nacido y criado en Barrio Dardignac, hijo de don Raúl Vega Vega y Mercedes Donoso Farías, ambos dedicados a la contabilidad, o sea, el Municipio no está premiando solamente el quehacer profesional de este sanfelipeño, también está dignificando a varias generaciones de una familia dedicada a la profesión de la contabilidad.
LA ENTREVISTA
Diario El Trabajo habló con don Raúl, quien nos comentó varias anécdotas sobre su vida, su familia y su amor por los números.
– ¿Cómo fue su infancia y juventud?
– Soy el segundo de diez hermanos. Estudié el Kínder y Primer Año Básico en el Colegio Religiosas Carmelitas cuando era mixto, y luego en el Instituto Comercial de Los Andes, donde obtuve el título de Contador en 1972, y me inscribí en los registros del Colegio de Contadores con el Nº 20.023 el 23 de enero de 1973. Hasta la fecha sigo siendo un profesional colegiado, ejerciendo mi profesión en forma libre desde esa fecha.
– ¿Dónde te encontrabas cuando fuiste notificado de esta distinción que recibirás el 7 de agosto?
– Le puedo decir que alrededor de las 13:30 horas del día que el municipio dio a conocer esa lista de distinguidos, me llamó la secretaria del Colegio de Contadores para confirmar mi asistencia a una comida de ‘Cierre de Balances’ que organiza cada año nuestro Provincial, y me dio ahí mismo por teléfono las felicitaciones por el nombramiento, yo lo tomé a la broma, luego una gran cantidad de llamadas perdidas relacionadas con lo mismo, hago presente que yo no soy esclavo del celular y generalmente cuando voy al SII y otras oficinas públicas, se me olvidó apagarlo o dejarlo en silencio y por respeto prefiero dejarlo cargando. Al enterarme por la radio y tantas llamadas, sólo cabía preguntarme el porqué, soy una persona de bajo perfil, no pertenezco a ninguna fuerza política, porque siempre he manifestado que la política es un arte, por lo mismo pensaba que estos reconocimientos iban dirigidos a sus pares, habiendo tanta gente que en forma noble y anónima se desviven por los demás como en Salud, Vivienda, Educación y otros estamentos.
– ¿Por qué decidiste hacerte contador, qué te atraen de los números?
– Desde muy niño al ver trabajar a mis padres en la casa, empecé por curiosidad a ayudarles, usaba la calculadora de molinillo para ayudarles a realizar sumas y restas, ordenar papeles por fechas, sumar libros o escribir en ellos, ir a buscar o a dejar documentos donde sus clientes y al último hacer trámites donde correspondía, guardaba lindos recuerdos de los exfuncionarios del SII, don Mario Laterra, el señor González y generalmente todos que me atendían muy bien y me mantenían al tanto de las modificaciones o cómo hacer correctamente un trámite, todo era totalmente manual, nada que ver ahora, que la tecnología tiene todo en línea y el Servicio de Impuestos Internos en San Felipe funciona a la perfección, con funcionarios muy bien preparados que, uno teniendo los respaldos legales son solucionadores de problemas en forma ágil y amigable; un Siete para la jefatura de San Felipe y sus funcionarios. Así decidí lo que iba a estudiar y me fui al Instituto Comercial de Los Andes, titulándome en el año 1972 y luego sacándole provecho a los cursos de actualización que se imparten por intermedio del Colegio de Contadores y otros relatores, con algunos Diplomados de por medio he tratado de mantenerme vigente a la fecha, nunca he puesto letrero en mi oficina ni el nombre, porque tengo casi los mismos clientes de cuando empecé, son como un familiar más.
– ¿Cuándo y con quién te casaste?
– Me casé el 22 de febrero de 1975, con Magaly Letelier Cuevas, también profesional, tengo cuatro hijos (todos del mismo matrimonio), el mayor Raúl, es Ingeniero y a punto de titularse de contador, para que siga la tradición; Felipe, es abogado habilitado como Juez, actualmente Relator de la Corte de Apelaciones de Concepción; Cristopher, cirujano dentista y la menor Tamara, psicóloga clínica y orientada a la psicología forense. Ellos me han regalado a la fecha cuatro nietos de los dos hijos mayores.
Roberto González Short
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