- Víctima del atraco cuenta el momento en que los delincuentes detienen el transporte, lo abordan y la reacción de los pasajeros que vivieron una experiencia que no olvidarán muy fácilmente. Reprocha de paso a la empresa de transporte.
Las 21:40 horas del pasado miércoles será un instante que quedará marcado a fuego en los 42 pasajeros, el conductor y el auxiliar del bus Ahumada que, a poco más de 40 minutos de haber salido desde el Terminal Los Héroes con destino a San Felipe, fue interceptado por un grupo de delincuentes armados, quienes premunidos de escopetas, hirieron con perdigones al chofer e intimidaron a los ocupantes del transporte, robándoles algunas de sus pertenencias.
Muchas de las personas que regresaban al Valle en ese bus, lo hacían luego de terminar una jornada laboral extenuante. Es el caso de una de las víctimas de este violento atraco, una mujer sanfelipeña de 51 años, de iniciales M.L.G.M, masajista y terapeuta de Fibromialgia, quien habitualmente viaja a Santiago a entregar tranquilidad, relajo y liberación a sus pacientes.
M.L.G.M vive en un sector bastante tranquilo en el sector Oriente de San Felipe. Su departamento inspira calma y serenidad, desde su terraza se aprecia un parque que llama a los suspiros y uno de sus espacios principales está habilitado con una mesa de masajes en la que muchos pacientes encuentran la tranquilidad y el relajo, que ella misma reconoce, haber perdido durante los instantes en que los delincuentes abordaron la máquina de Ahumada.
La testigo reconoce regresar desde Santiago generalmente cuando la noche ya ha caído. Religiosamente y casi como un rito, siempre se acomoda en el asiento 45 del bus y espera que la máquina comience su trayecto hasta San Felipe.
En esta oportunidad, cuando gran parte de los pasajeros dormía, un frenazo brusco, la posterior aceleración y finalmente la detención definitiva del bus le indicó a esta masajista sanfelipeña y a sus acompañantes que algo sucedía y relató que «yo en un principio pensé que habíamos chocado a alguien, pero el muchacho que iba al lado mío, que después me enteré que era bombero, se dio cuenta de inmediato que pasaba algo grave, se paró y salió corriendo hacia adelante para intentar ayudar al chofer», apuntó.
Y continúa contando que «en eso, se subió uno de los asaltantes con una escopeta diciendo, ‘entreguen todos los celulares, las carteras’…ahí recién dimensioné que era un asalto, miré por la ventana y vi a otro sujeto que desde abajo apuntaba con un arma al chofer, unas niñas que estaban más adelante, muy asustadas llegaron a esconderse a mi lado, estaban histéricas y el resto de los pasajeros empezó a esconder sus cosas y a meterse debajo de los asientos, fue terrible», detalló.
M.L.G.M asegura que «fueron momentos interminables, donde todo estaba oscuro, la gente estaba horrorizada, los tipos no deben haber sido muy experimentados eso sí, alcanzaron a llevarse sólo algunas cosas de los pasajeros que iban en los primeros asientos, pero esta escena debe haber durado unos 20 minutos, no sé en realidad cuánto porque esto no se resolvía nunca, parecía que no iba a terminar y que en cualquier momento iban a comenzar a disparar, era como estar viendo una película o una serie en la que un tipo loco sale y mata a la gente, no lo podía creer», expresó.
Algunas versiones señalan que los delincuentes habrían reservado el pasaje y avisado que abordarían el bus después del peaje de Lampa, otros señalan que los delincuentes se encontraban ahí esperando el momento y el lugar indicado para cometer el ilícito
Ante cualquiera de las dos hipótesis, esta víctima apunta los dardos hacía la empresa de buses, pues le resulta inaudito e inconcebible que el chofer se haya detenido a recoger un pasajero en un lugar que describe como una «verdadera boca de lobo».
«En ese camino no había luminosidad, estaba todo oscuro y los que íbamos sentados atrás logramos llamar a Carabineros, pero resulta que nadie nos creía y nos costaba mucho reconocer en qué lugar estábamos parados… a mí me da la impresión que el chofer paró a recoger a estos pasajeros y cuando se dio cuenta que venían más tipos armados, intentó salir, pero no lo logró porque le rompieron la puerta y estos gallos le quitaron las llaves», relató.
Agregando que «esto es una grave falta de Ahumada, sus dueños son los culpables de que estas cosas ocurran, yo dependo de estos buses porque no puedo elegir hasta qué hora voy a trabajar, pero a partir de ahora me genera una desconfianza atroz porque los choferes le paran a todo el mundo en cualquier lugar y lo hacen porque seguro son órdenes que tienen que seguir. Pero por algo existen los paraderos y hay un recorrido, ojalá esto les sirva de ejemplo, que tomen conciencia y medidas al respecto», sostuvo.
Junto con esto, la profesional dice que Carabineros se demoró cerca de una hora en llegar al lugar y que la respuesta de la Empresa fue tardía, pues demoraron casi 2 horas en llevar una máquina para transportar a los pasajeros a sus respectivos destinos, lo que según dijo demuestra que no existe poder de reacción ante estas situaciones.
Finalmente asegura que es actualmente la sensación de inseguridad la que trasciende a las ciudades y los delincuentes hacen de las suyas en las carreteras y es por eso que «debe servir de ejemplo para los choferes y toda la gente que los buses no deben parar en cualquier lado, menos si está completamente oscuro», agregando a modo anecdótico que después de esto seguirá eligiendo los últimos asientos para viajar.
