Una derrota que con total propiedad puede recibir el calificativo de extraña, fue la que el sábado pasado sufrió Unión San Felipe frente a Santiago Wanderers en el partido disputado en el estadio Municipal.
Al encuentro contra el conjunto porteño llegaron cerca de mil fanáticos albirrojos que tuvieron la ocasión de ver a un Uní Uní a gran nivel durante el primer tiempo. Durante ese lapso los dueños de casa superaron en todas las facetas del juego a un ‘Decano’ que solo se dedicaba a resistir para sostener su arco en cero.
Los aconcagüinos, que imponían un ritmo demoledor en el juego, dispusieron de al menos dos claras chances para anotar (Romero, Ormeño), pero fue en esas instancias donde apareció la figura del arquero Eduardo Miranda, quien mediante intervenciones notables impidió los abrazos de los anfitriones.
Unión San Felipe no le quitó nunca la intensidad al juego y jamás renunció a la idea de someter a su rival, y fue por eso que el gol de Jean Paul Pineda fue un justo premio por todo lo hecho durante la primera mitad.
En estas páginas hemos escrito hasta el hartazgo en relación a que en el fútbol los detalles terminan convirtiéndose en factores determinantes en un resultado, y fue eso lo que aconteció el sábado, donde situaciones puntuales inclinaron la balanza hacia el lado porteño. Sin el ánimo de ajusticiar a la última línea sanfelipeña, frente a los de Ponce se dieron algunas licencias que fueron muy bien aprovechadas por el rival.
Cuando apenas se había jugado un minuto del complemento, Paolo Guajardo sacó provecho de un enredo y desajuste en las marcas para poner el 1 a 1 parcial. A los 52 Matías Plaza, sin marca, no tuvo mayores problemas para derrotar a Darío Melo y poner un 2 a 1 que dio inicio a otro encuentro, ya que desde ese momento los unionistas optaron por entrar en la refriega, dejando de lado el juego más vistoso o estético.
En el 65’ nuevamente Jean Paul Pineda permitió los abrazos locales al finiquitar una gran habilitación venida desde el sector derecho del ataque aconcagüino. Con el 2 a 2 todo volvió a fojas cero.
El tramo final del cotejo dejó muy en claro que el Uní Uní tiene evidentes problemas en el aspecto físico, al hacerse notorio el cansancio que invadió a sus jugadores que terminaron sucumbiendo ante los wanderinos, que se veían mucho más fuertes en ese ítem, que por lo demás fue determinante en el resultado final, porque en el 88’ el colombiano Carlos Cortés no pasó por alto un yerro de un cansado Kevin Egaña para meter un zapatazo que significó el 2 a 3 con el que se consumó la primera derrota de San Felipe en calidad de local, caída que los deja pegados en 46 puntos, pero aún sólidos en el tercer lugar de la tabla.