Solicita ser tomada en cuenta:
Dicen que en la vida todos nos merecemos una oportunidad, quizás dos o tres. Este puede ser el caso de Noemí Cuevas Montenegro, una joven mujer y madre un de pequeño, a quien muchas veces la vemos caminando por San Felipe.
Ella se acercó a nuestro medio para exponer públicamente su situación, que tiene que ver con poder obtener un permiso para vender en el centro, sólo para el día sábado, porque según nos cuenta, padece de epilepsia.
Al iniciar la conversación, nos dice que está a punto de cumplir 30 años y que necesita un permiso para trabajar los días sábados, ha hecho las peticiones y no ha obtenido respuesta hasta el momento.
«Yo necesito ser tomada en cuenta por mi condición de salud, un trastorno psicomotor mental que tengo yo, que le suelen llamar por el momento epilepsia, pero tampoco está acreditado como epilepsia en sí, solamente está siendo tratado para confirmar que otro tipo de trastorno tengo, porque no puedo estar mucho en casa por problemas personales, me hace mal tomármelos a pecho y el entorno no me hace bien, solamente que cuando salgo de esa casa me sirve como terapia, porque igual siento que en casa está como cargada, mucha mala le tenían vecinos a mi abuela, entonces entro a esa casa y siento mi carga… malas vibras, y eso uno lo absorbe. Yo con mi enfermedad, tanta cuestión de vecinos, cosas en contra, me hace mal y me afecta. Tengo que de alguna cierta manera, como que la mente me lo pide, que debo salir de ahí, así dentro del día, y distraerme.
– ¿Llegar en la noche a descansar?
– Claro, entonces a mí me servía muchas veces como terapia venirme al centro a ponerme a vender mis cositas ahí, por mi condición de salud.
– ¿Tú vendías ahí? ¿Qué pasó?
– Me querían quitar mis cosas. Yo vendo peinetas plásticas, pañuelos desechables, pastillas Alka de menta, gomitas de eucaliptus, pulseras rojas de mostacillas, bisutería.
– ¿Mandaste un documento pidiendo permiso a la oficina de inspección municipal?
– Claro, y autorizado por la oficina de la discapacidad, porque la oficina es discapacidad mental y física, es por los dos temas; y me mandaron a la oficina de calle Traslaviña y no me han llamado. Siento que es discriminación porque yo tengo un caso especial, no soy como los demás negociantes ambulantes.
– Noemí, ¿estás consciente que hay mucha gente que quiere permiso y está pidiendo?
– Sí, pero un espacio chiquitito, quiero solamente un rinconcito y el sábado solamente, no es todos los días que yo voy a andar ocupando calzada, no, solamente quiero colocarme el día sábado.
– ¿En la mañana?
– En la mañana, claro, yo solía irme como a la una, una y media, dos, me voy a mi casa, me retiro yo de ahí. Siempre la gente se acercaba en la mañana cuando iban pasando.
– ¿Vendías tus cositas?
– Sí, me gusta a mí poner bisutería, anillos, pulseras.
– Lo comentábamos también, tú tienes una pensión que alcanza para cubrir los gastos necesarios.
– Claro, yo vivo con mi mamá, como no pago arriendo ahí yo pago gastos comunes en esa casa, y más tengo esa mascota, perrita, tengo que alimentarla yo. De ahí comprar gas también, me entiende, cooperar, y se va, es más tenía un gasto extra como te comentaba en el ABCDin tuve que pagar plan y no falta que pagar, entonces yo esa plata la quiero como gasto extra para pasaje desenvolverme en los hospitales cuando me citan, ¿me entiende?
– Poder salir de la casa.
– Claro, por el mismo tema que te hablaba del entorno, que no tengo muy bueno.
– ¿Pero a ti te hace bien salir?
– Sí, por el hecho de que no es buena la relación con ellos, porque se meten en los conflictos de las mascotas, en los vecinos, entonces a mí me autorizó la persona que me dio la mascota, de manejarla amarrada por el tema de antes de salir de la casa, porque se sale a la calle, ponle que me la atropellen.
– ¿Qué pides públicamente o por qué hacerlo público?
– Para que me escuchen y quiero colocarme afuera ahí en la puerta de la Catedral, donde se mantiene cerrada todos los días, pero el día sábado solamente, porque el día domingo no me va muy bien cuando voy a la feria.