La señora Olga Herrera Lillo, escuchando atentamente la voz de ‘El Charrito del Valle de Aconcagua’, quien se hizo presente como siempre.La señora Olga Herrera Lillo, escuchando atentamente la voz de ‘El Charrito del Valle de Aconcagua’, quien se hizo presente como siempre.

¡Meta cumplida!:

Puede sonar político, pero es realidad; una vez más «el pueblo ayudando al pueblo». Decimos esto porque resultó todo un éxito el bingo realizado este día sábado 7 de octubre en cancha de Población ‘El Esfuerzo’, en beneficio de Olga Herrera Lillo, quien necesitaba reunir alrededor de un millón de pesos para poder comprar una silla de ruedas, un tubo de oxígeno con su carro y otros enseres médicos. Pues bien, se cumplió la meta porque reunió un poco más de un millón de pesos gracias a la colaboración de empresas y muchas personas. Así lo señala en conversación con nuestro medio.

¿Cómo le fue en el bingo?

– Muy bien, muchas gracias, por lo menos se va a comprar lo que se necesitaba y nos fue súper bien, llegó bastante gente. Le quiero dar las gracias a Tania, Lisette Videla, al concejal Lillo, a Gaet Ingeniería que nos aportaron, a la Carnicería Aconcagua, a mi vecina que del día uno andaba en la calle con mi nuera, muchas gracias a todos. A mi familia, a mi esposo, que todos ellos trabajaron mucho, mucho, pero nos fue bien gracias al Señor. Ahora mañana (hoy) me toca ir al Hospital Naval, que tengo que hacerme una espirometría al monóxido de carbono, así es que ahí me va a servir porque voy a llevar mi tubo de oxígeno transportable.

¿Cuánto dinero logró reunir?

– Como un millón y tanto. Me alcanza para todo lo que necesito.

¿Cuándo piensa comprar las cosas que necesita?

– Hoy día (ayer) van mis hijos a Santiago a comprármelas. Porque mañana (hoy) tengo que ir a Viña.

O sea está solucionada esta parte.

– Sí, gracias al Señor; o sea, igual falta llenar el tubo grande de oxígeno que me facilitó Tania Videla, ella me trajo uno grande que me dura 3-4 días, y hay que cargarlo aquí en Indura que son 60 mil pesos la carga para 3-4 días, entonces tengo esperar para poder llenarlo, me lo llevan a Con-Con y ahí me lo traen a la semana, pero tengo los otros que me dan en el hospital también, pero me hacen falta igual para estar aquí en el comedor sentada para poder hacer las cosas bien.

Es bien complicada su vida en el día a día.

– Sí, mire, yo me levanto y tengo que conectarme al tiro. Yo duermo conectada toda la noche. Voy al baño que es el único momento en que me saco el oxígeno, y llego saturando 52 ó 46, tengo dedito para medir la saturación y llego saturando 52 ó 46 y me suben los latidos del corazón a 120. Yo para hacer algo, tengo que hacerlo sentada aquí, sin  mucho movimiento.

¿Pero es importante la ayuda que le entregó la gente?

– Sí, bastante. Viera usted como llegaban regalos en pleno bingo, cooperación, papas fritas, tengo a mi amiga la Celia González, también ella del día uno al tiro con papas, chorizos, aceite; hay mucha gente que donó mucho.

Y usted estaba preocupada porque no llegaban las cosas

– Sí, al último llegaron todos. El caballero de Gaet Ingeniería me trajo un saco de papas, café, azúcar, hasta los talonarios para la venta, y el concejal Lillo igual, bueno nos conocimos tantos años con el Lillo porque él era de la Ayuda Fraterna en la Iglesia Andacollo y de ahí que lo conozco, siempre ha estado ahí.

Señora Olga, para cerrar, ¿alguna reflexión final de todo esto?

– ¿Una reflexión?, que cuando somos jóvenes no pensamos en el futuro y trabajamos tanto, tanto que no nos medimos a veces. Uno piensa que tiene el mundo ganado y no es así, porque yo pensaba trabajar dos años más dije y me retiro, me quedo en mi casa con mi viejo y no fue así porque ese mismo año me detectaron cáncer de mamas, después de quimios, radios, me vino esto ahora. Entonces uno le da gracias al Señor día a día por un día más, y que le gente joven se cuide, que no tomen las cosas a la ligera porque todos vamos para allá. Mis hijos son trabajadores, mi familia, mi hermano. Mi viejo se va a las seis de la mañana y llega a las siete de la tarde de vuelta y me quedo todo el día sola. Uno cuando va al hospital y ve gente que está peor que uno y dice «bueno, Dios ha sido generoso conmigo». Le doy gracias al Señor, no soy evangélica ni católica, pero aprendí a conocer a Dios, al Señor, porque uno en estos momentos se aferra a él y gracias a toda la gente de buen corazón, los que aportaron, los que fueron  a mi vecina que estoy súper agradecida de mi nuera, mis hijos, ese día trabajaron todos, andaban corriendo, mi viejo, así es que muchas gracias, muchas, muchas gracias.

Atentos en la entrada cobrando los cartones.
Atentos en la entrada cobrando los cartones.
La señora Olga Herrera Lillo, escuchando atentamente la voz de ‘El Charrito del Valle de Aconcagua’, quien se hizo presente como siempre.
La señora Olga Herrera Lillo, escuchando atentamente la voz de ‘El Charrito del Valle de Aconcagua’, quien se hizo presente como siempre.
Las hermanas Videla junto al concejal Guillermo Lillo, cooperando en la organización del bingo.
Las hermanas Videla junto al concejal Guillermo Lillo, cooperando en la organización del bingo.
‘El Charrito’ del Valle de Aconcagua deleitando con su voz a los presentes.
‘El Charrito’ del Valle de Aconcagua deleitando con su voz a los presentes.