En este lugar se aprecia en el círculo el hundimiento de la vereda, donde la señora Nora perdió el equilibrio, cayendo al suelo junto con su nieto que llevaba en brazos.En este lugar se aprecia en el círculo el hundimiento de la vereda, donde la señora Nora perdió el equilibrio, cayendo al suelo junto con su nieto que llevaba en brazos.

Avda. Michimalonco frente a Plazuela ‘Joaquina Vedruna’:

Nora Torres Moraga nunca pensó que el haber asistido a un cumpleaños con su nieto a la Villa El Carmen le iba salir tan caro, porque al regreso, aprovechando «la fresca» de la tarde de este domingo,  decidió caminar por la vereda en la avenida Michimalonco, pero al pasar frente a la plazuela ‘Santa Joaquina de Vedruna’ perdió el equilibrio debido al hundimiento que hay en la vereda, específicamente en la usada como guía para las personas ciegas, cayendo al suelo junto con su nieto que llevaba en brazos.

Como consecuencia de la caída, resultó con heridas y erosiones en uno de sus brazos, pierna y espalda.

Según nos explicó, al regresar «nos vinimos caminando con mi nieto, yo lo tomé en brazos porque veníamos viendo los aviones, tipo siete y media más menos. Hay un desnivel, como hundida la vereda, ahí se me fue el pie y me saqué la mugre. La pierna la tengo mal, contracturada, la columna, espalda; a mi nieto traté de protegerlo y él tiene solamente una marca en la carita que le quedó gracias a Dios. Como usted ve, con el brazo traté de protegerlo lo más que pude, no le pasó nada a él, pero yo no puedo ni caminar por la espalda como la tengo, por la pierna; o sea, no puedo hacer nada».

¿Fue al hospital?

– Fui al hospital, ahí me atendieron gracias a Dios, una doctora, súper bien. Me sacaron radiografías, gracias a Dios no tengo nada en la columna, pero tengo muchas contusiones y por eso no puedo moverme, no puedo hacer nada, y yo cuido a mi nieto porque mi hija trabaja en Viña.

Nos cuenta que por mejor decidió venirse caminando, «porque estaba rica la tarde. Mi hijo, mi marido, me han retado porque no los llamé para que vinieran a buscarme. Yo les decía: «pero como, no es posible que uno no pueda caminar tranquila por San Felipe por las veredas… no se puede caminar; o sea, uno tiene que andar mirando no hacia adelante, o sea hay que mirar hacia el suelo para no caerse. Y gracias a Dios, doy mil gracias a Dios que a mi nieto no le pasó nada, pero yo realmente no puedo ni moverme.

La vemos sentada y le cuesta mucho moverse.

– Me cuesta mucho, o sea mudar al niño, ir a lavarlo. Fue un martirio ir a lavarle el potito en la mañana. ¿Quién me responde por eso?

¿Llamó a la Municipalidad, alguna institución?

– He llamado al Serviu y no he tenido respuesta, porque tengo que llamar a servicios de obras del Serviu y solamente sale una grabación, no he podido hablar con nadie para que me dé respuesta.

¿En la municipalidad?

– En la municipalidad me mandaron a ese teléfono porque ellos, como municipalidad, no pueden hacer nada.

¿Esa fue la respuesta?

– Esa fue la respuesta. No pueden hacer nada ellos, solamente me tenía que comunicar con Serviu para buscar una solución, para que me den no para dos meses más ni para una semana más, yo lo quiero para ¡ya! O sea, yo quiero una solución hoy día (ayer) o mañana (hoy), porque yo no puedo estar así; eso es negligencia de ellos, no mía. No fue error mío ir a caminar por una vereda; o sea tratar de caminar en la tarde fresquito con mi nieto… no es error mío. No fue error mío el haberme caído.

Esa conversación sería porque usted va a incurrir en gastos.

– Obvio, tengo que ir a quiropráctico, sacarme una radiografía a la rodilla, tengo que contratar a una persona para que me vea el niño; o sea, muchos gastos y ¿gracias a quién?, a las veredas de San Felipe en pésimo estado.

¿Hizo algún tipo de denuncia en Carabineros?

– No, en Carabineros no. Solamente tengo la constancia de urgencia.

Aunque suene burda la pregunta, pero ¿cómo se siente con todo esto?

– (Lanza una carjada), solamente tú me puedes mirar las lesiones que tengo, cómo es mi nieto de inquieto, tengo que estar corriendo al lado de él a cada rato para que no se caiga, porque los niños son así y él es muy inquieto. Yo estando bien perfectamente lo cuido, pero así ¿qué hago? Tú me ves como estoy.

¿Qué esperaría de todo esto con hacerlo público, señora Nora?

– Qué arreglen las veredas para que podamos caminar tranquilos. Mi suegra también se cayó, casi se rompe una arteria. Ella se cayó frente al Conservador de Bienes y Raíces, donde también hay un hoyo; o sea, ¿qué esperamos? Por eso yo quisiera saber quién me paga todo esto a mí.

¿Piensa en alguna acción legal o hacerse asesorar?

– Obvio, obvio que sí porque también las pruebas están. Justo hay un negocio… el negocio tiene cámaras, ahí pueden ver cómo fue mi golpe. Yo no estoy inventando nada, solamente se puede decir con cámaras cómo fue el golpe… Fue terrible, yo pensé que en el momento que tomé al niño y me tiré hacia atrás y se me dobló el cuerpo, me había roto la columna porque no podía ni respirar y no había nadie en la calle, no había nadie.

¿Se paró sola?

– Sí.

¿Qué hizo ahí, llamó a la ambulancia?

– Llamé a mi marido y ahí fue el reto de mi marido, mi hijo, que por qué no llamaste, si nosotros te vamos a buscar, no tomaste un taxi. Pero por qué si podíamos caminar con el niño, si estaba rico para hacerlo; o sea qué se puede esperar.

Nos comentó que quedó a la espera de poder contactarse con Serviu a un teléfono que le dieron.

La plazuela ‘Joaquina Vedruna’ queda ubicada en el pasaje que lleva su nombre con Michimalonco.

Con erosiones y hematomas en su rodilla quedó la vecina tras la caída.
Con erosiones y hematomas en su rodilla quedó la vecina tras la caída.
El brazo de la señora Nora también sufrió lesiones debido a que intentó proteger al niño para que no se golpeara.
El brazo de la señora Nora también sufrió lesiones debido a que intentó proteger al niño para que no se golpeara.
En este lugar se aprecia en el círculo el hundimiento de la vereda, donde la señora Nora perdió el equilibrio, cayendo al suelo junto con su nieto que llevaba en brazos.
En este lugar se aprecia en el círculo el hundimiento de la vereda, donde la señora Nora perdió el equilibrio, cayendo al suelo junto con su nieto que llevaba en brazos.