- Aunque no era la mayor de su familia, María Godoy Araya, la mujer que a sus 99 años nunca perdió las ganas de vivir, alegró a muchos con su guitarra y siempre buen humor, ella había sido objeto de un amplio reportaje de Diario El Trabajo en diciembre pasado.
CURIMÓN.- Desde que el 9 de diciembre anterior realizamos un amplio informe periodístico sobre la vida de posiblemente la mujer más longeva de Curimón, en Diario El Trabajo esperábamos con ansias a que llegara el cumpleaños número 100 de doña María Isabel Godoy Araya para realizarle otro reportaje especial en honor a su espíritu de lucha, sin embargo, a las 18:30 horas del pasado miércoles 25 de enero, su corazón dejó de latir. Murió en su casa habitación.
Doña María era una abuelita que pudo vivir unos 104 años, ya que a principios del siglo pasado, los niños eran inscritos en el Registro Civil muchas veces cuando los infantes ya contaban con unos cinco años de edad. En su caso, ella fue inscrita en 1912. En ese sentido, oficialmente ella murió cuando vivía su año 100. María nació el jueves 21 de noviembre de 1912 en Coquimbo, pero vivió en Los Naranjos de Curimón desde 1956. Sobrevive una hermana de María, la misma cuenta con 105 años reales y vive en Pan de Azúcar, Coquimbo.
La señora Godoy trajo diez hijos al mundo, de ellos recibió 40 nietos, 30 bisnietos y dos tataranietas que el miércoles anterior lloraron su partida. Sus funerales se realizaron en la Iglesia Assunta Pallotta de Curimón y su cuerpo descansa en el Cementerio Parroquial de Rinconada.
“NUESTRO DOLOR ES APENAS SOPORTABLE”
«La mayor enseñanza que obtuve de mi abuela es la ejemplar entrega por ella demostrada en favor de todos nosotros, su familia, aunque ella necesitaba descansar, nuestro dolor es apenas soportable», comentó su nieto Abel Opazo a Diario El Trabajo.
En la misa de rigor realizada en su honor fue una experiencia envolvente para cada uno de los presentes, hubo poemas, lectura de pensamientos escritos por la familia a la abuelita. Al finalizar la ceremonia, todos los que asistieron aplaudieron de pie por varios minutos a quien logró vivir intensamente cada instante de su vida terrenal. Fue un adiós digno y admirable.
«Personalmente la extraño mucho, crecí a su abrigo y agradezco a mi abuela su ejemplar alegría natural, supo vivir y hacernos felices», detalló Juliana Opazo, otra nieta de doña María.
Por su parte uno de los hijos de doña María Godoy, aunque pocas, quiso compartir con nuestro medio algunas palabras: «Yo y mis hermanos le debemos todo, fue una mujer incomparable, nunca podré olvidar tanto amor que recibimos de ella», concluyó Jorge Opazo, hijo de doña María.
De esta experiencia, muchas cosas son dignas de aplaudir, de ellas, en Diario El Trabajo queremos compartir un pensamiento que refleja, quizá, un sentir popular: “Es agradable ser importante, pero es más importante ser agradable.” Doña María fue ambas cosas.
MI ABUELITA FUE UNA GRAN MUJER, ELLA SUPO DAR AMOR A TODOS Y CADA UNO DE SUS HIJOS, NIETOS, BISNIETOS, TATARANIETOS PERO SOBRE TODO AMABA MUCHO A SU NEGRO (MI ABUELITO LUCHO) A QUIEN EXTRAÑABA Y AÑORABA ESTAR A SU LADO. TENGO MUCHOS RECUERDOS VIVIDOS CONTIGO Y LA SATISFACCION DE HABER RECIBIDO MUCHO CARIÑO, PERSONALMENTE TENGO EL ORGULLO DE DECIR QUE FUI LA PRIMERA NIETA, HIJA DE TU PRIMER HIJO (DANIEL)Y MADRE DE TU PRIMERA BISNIETA (ELIZABETH), ABUELITA QUERIDA DESCANSA EN PAZ,
TU PARTIDA HA SIDO MUY DOLOROSA Y JAMAS PODREMOS SUPERARLA.