- Con exiguos 120 mil pesos mensuales que recibe de pensión, necesita de la ayuda de su primogénito para costear gastos de su enfermedad.
LOS ANDES.- Un dramático llamado de ayuda humanitaria al alto mando de la PDI realizó el jubilado Eduardo Urrea Venegas (64) , quien sufre de una cirrosis hepática y se encuentra en cuarto lugar a nivel nacional para ser trasplantado y poder seguir viviendo.
Eduardo Urrea reside en la localidad de Curimón y vive con una exigua pensión de 120 mil pesos, pero los gastos que demanda su enfermedad supera el medio millón de pesos mensual.
Para poder cubrir la diferencia recibe ayuda de su hijo, el Subcomisario de la PDI de Los Andes Eduardo Urrea, quien mensualmente le entrega parte de sus ingresos.
Sin embargo, la situación ahora se ha puesto angustiante debido a que el oficial será trasladado a una unidad en la comuna de Puente Alto, por lo cual no podrá seguir ayudándole.
El jubilado señaló que envió una carta al Director de la PDI, Marcos Vásquez Mesa, pidiéndole que no haga efectivo el traslado, «pero me contestó que no podía hacerlo debido a que la destinación de mi hijo obedeció a razones de mejor servicio e institucionales».
Urrea comentó que su hijo tiene una carrera brillante en la PDI y por ello entiende que sea trasladado, pero ello significaría para él la pérdida del sustento económico.
Asimismo, manifestó que ni siquiera el alto mando de la PDI de Los Andes se ha preocupado de su estado de salud y no ha recibido ningún tipo de ayuda, «por lo que me hijo Eduardo es el único apoyo que tengo».
Agregó que su primogénito incluso ha realizado charlas preventivas con los vecinos de su villa que es un sector de alta vulnerabilidad social y con ello ha contribuido a la disminución de los delitos.
Por esta razón pidió también a los diputados de la zona, Marco Núñez y Gaspar Rivas, y a los Senadores Ignacio Walker y Lily Pérez, que puedan interceder ante el alto mando de la PDI para evitar el traslado de su hijo, «y por eso ojalá pudieran acercarse a mi casa para que vean en las condiciones en que me encuentro y si mi hijo se va, quedaré completamente desamparado y sin poder costear mi tratamiento».
Agregó que si llega a trasplantarse, los costos de los medicamentos bordean el millón de pesos los primeros seis meses, «dinero que para mí es imposible de conseguir si no cuento con mi hijo Eduardo, ya que tengo otro hijo que es Contador pero no tiene trabajo.
«Por eso yo no pido ayuda en dinero, solo que se revoque la destinación de mi hijo y así me pueda seguir ayudando. Se trata de una petición humanitaria y ojalá así lo entienda el alto mando de la PDI, pues mi hijo es un funcionario ejemplar y un hijo ejemplar», sostuvo Eduardo Urrea.
El jubilado afirmó que conoce la doctrina de la PDI en cuanto apoyar a la familia, «y por eso siento que no he sido escuchado en mi solicitud».
En tanto, la vecina Karen Agurto, quien ayuda al jubilado de vez en cuando, reafirmó que éste necesita tener a su hijo cerca, «ya que lo viene a ver todos los días y lo más importante que lo ayuda con los gastos de su enfermedad que son muy altos y si no recibiera esta ayuda, don Eduardo ya no estaría con nosotros.
«A veces Eduardo hijo tiene que venir a los 2 ó 3 de la mañana para llevar al caballero al hospital, y si él no está, quién lo va hacer», relató la vecina.
Añadió que los vecinos también se sumaron a la petición de Eduardo Urrea, «pues él es un vecino muy querido por todos, fue presidente de la junta de vecinos y su hijo incluso nos ha venido a dar charlas de seguridad, por lo que pedimos al Director Nacional de la PDI que se ponga la mano en el corazón y por razones humanas cambie la destinación».