Hombre que ayudó a chilenos a huir por la montaña a Argentina regresa 38 años después

PUTAENDO.- Pasadas las 14:00 horas de este viernes, Ignacio Fuenzalida, conocido como ‘Don Fonza’, se reencontró después de 38 años con sus familiares en la comuna de Putaendo. En el Aeropuerto Arturo Benítez era aguardado por familiares, un equipo periodístico de Televisión Nacional y representantes del Consulado Argentino, para posteriormente trasladarse hasta la comuna de Putaendo donde era esperado por toda la familia en el Pasaje Bombero Olguín de la Población Ejército Libertador que se convirtió por algunos momentos en una gran fiesta donde era esperado ‘Don Fonza’.

Hilda Díaz, funcionaria del Hospital Psiquiátrico, visiblemente emocionada dijo que este reencuentro era un sueño hecho realidad, pues por muchos años esperaron reencontrarse con su tío y tenerlo de vuelta en Putaendo, a quien esperaron con empanadas, cazuela, asado y vino tinto, compartiendo un almuerzo lleno de emociones, abrazos y lágrimas.

Don Ignacio Fuenzalida dijo que nunca había olvidado a sus familiares y que siempre había añorado este momento y que estaba muy agradecido del pueblo argentino, de sus autoridades y que a sus 88 años, su gran sueño era volver a su querido Putaendo, agregando que recuerda con lujo de detalles cómo hace 38 años cruzó la cordillera a pie, primero para ayudar a cruzar a varios hombres, mujeres y niños que huían de nuestro país y posteriormente al verse perseguido políticamente decidió cruzar la cordillera y llegar a la ciudad de San Juan en Argentina donde vivió hasta la fecha.

Un poco de historia de un hombre que cruzó la cordillera a pie hasta territorio argentino

Fue minero. Aprendió el oficio de su abuelo quien era propietario de una mina y, gracias a su curiosidad permanente, llegó a adquirir la habilidad de conocer cada uno de los minerales con sólo observar las rocas. Esto le permitió adquirir, ya de adulto, unas 25 hectáreas que trabajó junto a otras personas, pero que luego vendió para partir hacia Argentina. “Tenía curiosidad por conocer otros lugares” señala Fuenzalida.

También fue cuidador de ovejas. Andaba permanentemente a caballo o a pie recorriendo territorio chileno y fue así que se hizo un muy buen conocedor de la Cordillera de Los Andes y de ‘Trece pasos’, por dónde poder cruzar a suelo argentino. Por tal motivo, en 1973, cuando Chile ya estaba convulsionado, pero aún no se producía el golpe militar, por primera vez cruzó la Cordillera a pie para ayudar a varias personas que deseaban huir para no ser parte de lo que se avizoraba para el país.

“Nos tardamos catorce días en llegar a San Juan, comíamos conservas y como yo conocía bien los refugios, de día pasábamos por los lugares más complicados y de noche buscábamos los más seguros para protegernos del frío, aunque esto lo hicimos en pleno verano. Crucé hombres, mujeres y niños”, cuenta rememorando tal travesía.

Volvió a Chile y al año siguiente, nuevamente cruzó a más gente. “En los dos viajes habré venido con unas 20 personas, en total. Pero siempre eran conocidos; no iba a traer a cualquiera porque me podía pasar algo a mí”, agrega ‘Fuenza’. De los nombres de esas personas ya no se acuerda, pero asegura que algunos volvieron a Chile y, en sus ansias y sueños, espera encontrarlos.

Hilda Díaz nos solicitó encarecidamente entregar los públicos agradecimientos a la Casa de Chile, de la Oficina de Integración de la Región de Coquimbo en la provincia de San Juan, por su disposición y preocupación en concretar este hermoso reencuentro, también aprovechó de reconocer y agradecer a Don Luis Becerra, vecino de San Felipe, quien fue el primero en contactar a su tío en los constantes viajes que realizaba hacia San Juan, en la ocasión criticó la disposición del cónsul chileno, de quien asegura, cerró toda posibilidad para encontrar a su tío, agregando que si no hubiese sido por las autoridades argentinas, este hermoso reencuentro nunca se habría podido concretar.

Patricio Gallardo M.