¿Por qué Unión San Felipe está en el tapete en la Fiscalía y es noticia en Argentina?, es la pregunta que se está haciendo gran parte de la hinchada unionista, que poco y nada entiende de la situación por la cual el Uní Uní se transformó, fuera de la cancha, en protagonista del fútbol Sudamericano.
La génesis mediática de lo que hoy se vive estuvo en un reportaje del Diario El Perfil de Argentina, que se tituló ‘El Otro Triángulo de las Bermudas’, en el cual se explicaba y daban a conocer las trasferencias de clubes desconocidos de Uruguay y Chile (Unión San Felipe), a instituciones poderosas del balompié trasandino.
Uno de los autores de la nota, el periodista Andrés Eliceche, días antes de la salida de esa publicación, se comunicó telefónicamente con Diario El Trabajo para saber algo del Uní Uní: «Mirá, les pregunto con respeto, porque aquí (Argentina), este club no es conocido, y llama la atención que un jugador como Bottinelli pertenezca a Unión San Felipe», nos explicó el periodista.
El tema central en que aparece involucrado la institución albirroja, es la triangulación de pases vía Uruguay y Chile. Pero en qué consisten éstas. La investigación de ‘El Perfil’ llegó al fondo al conversar con representantes que pidieron la reserva de sus nombres. «Gana más el jugador, gana más el representante y gana el club, que paga menos impuestos».
En la Argentina, por una transferencia se paga el 24,5 por ciento: 15 para el jugador, siete para la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), dos para la AFA, 0,5 para Agremiados. «Si el jugador llegara con el pase libre –prosigue el representante– sólo le pagarían el contrato. En cambio, si ficha a través de un club, le pagan el contrato y también el préstamo. Ahí es cuando sirve la intervención de uno de estos clubes chicos de Uruguay: anota al jugador y pone a sus abogados para que concreten el préstamo. En general, por ese servicio cobra el diez por ciento de lo que valga el préstamo; el noventa restante se reparte entre el jugador y el empresario que lo maneja. Son socios en el préstamo», dice textual la nota del medio trasandino.
Otro de los representantes consultados aportó lo siguiente a la investigación de El Perfil: «No es por un tema de evasión fiscal, ni para no pagarle a la AFIP. Es por otra cuestión: en la Argentina, los clubes son sociedades sin fines de lucro, que tienen hoy una comisión directiva y mañana otra, no hay seguridad jurídica. En otros países (Chile, Uruguay) hay más tranquilidad para trabajar, menos trabas en los clubes, muchas sociedades anónimas que respetan lo firmado… O sea que lo que allá te aprueban hoy, te lo van a respetar, no como acá, que hoy firmás una cosa y seis meses después viene otra comisión directiva y te lo tira abajo», dejando de manifiesto claramente el por qué Chile fue elegido para que inversores trasandinos se decidieran a comprar clubes chilenos.
¿Pero porque esto revienta recién ahora?. El Perfil lo explica: «Generalmente son personas que tienen abogados con contactos en la AFA, eso les facilita el trabajo, conocen muy bien como hay que manejarse».
Ahora la pelota traspasó la cordillera y ya se está jugando en Chile, donde ya hace días el accionar de Unión San Felipe, en esta materia, está siendo cuestionado públicamente desde que se supo que el club aconcagüino estuvo involucrado en la venta del 60% (1,7 millones de dólares), del pase de Jonathan Bottinelli por parte de River Plate, jugador que militó hasta junio en San Lorenzo de Almagro y quedó en libertad de acción, pero el contrato que lo liga con los de la ‘Banda Sangre’, señala que extrañamente el dueño de los derechos federativos y económicos (pase) es Unión San Felipe.
Ahora las autoridades fiscales argentinas trabajarán en conjunto con las chilenas para determinar si los fondos de la transacción fueron derivados a paraísos fiscales.
esta todo dicho al delgado y secuaces les conviene mas triangular como lavar dinero de las triangulaciones que el uni uni cuacc…