De sus 75 años ha vivido cuatro décadas al lado de los mejores pilotos del país

Roberto González Short – rgonzalez@eltrabajo.cl

Dicen que en la vida somos como ‘Ángeles de una sola ala’, que tenemos que abrazarnos los unos a los otros para poder volar. Así pareciera que es la vida de una respetable mujer sanfelipeña de la que en Diario El Trabajo, publicamos hoy una reseña sobre su trayectoria empresarial.

Es una dama que ha dado todo de sí misma por mantener las puertas abiertas del Club Aéreo de San Felipe, Eliana Moreira Delgado, quien este año cumple cuatro décadas de laborar en estas dependencias de la Dirección General de Aeronáutica Civil, filial San Felipe.

“Llévense todos los aviones que hay, hagan lo que quieran con ellos porque no quiero saber nada de aviones”, esas fueron las palabras que una tía del finado piloto francés, Víctor Lafón, dijo al grupo de pilotos que lo acompañaban en su aventura de la aviación, luego de morir éste tras un accidente aéreo el domingo 13 de diciembre de 1942. Así lo relató a Diario El Trabajo la Administradora del Club Aéreo de San Felipe, Aeródromo Víctor Lafón.

“SOMOS UNA GRAN FAMILIA”

“Lo importante para mí y para mis hijos, es saber que durante todos estos años llegamos a sentir cómo nos transformábamos, las decenas de pilotos y mis hijos, en una sola familia que ha crecido positivamente”, comenta Moreira.

Según la funcionaria, los pilotos e instructores del aeródromo han dado vida y fortaleza al club, varias generaciones de ellos han conformado distintas experiencias para todos nosotros.

“Por ejemplo el Club 21, fundado a finales de los años 50’, ellos tienen más de medio siglo con nosotros, son parte de la gran familia que conformamos en este lugar, regularmente ellos invitan a personalidades importantes a visitarnos y sesionan regularmente en nuestras instalaciones”, comenta la administradora.

Carlos Rodríguez, esposo de Eliana y quien falleció en 1986, llegó al Club Aéreo de San Felipe el miércoles 20 de septiembre de 1972 como Administrador de esas instalaciones. Al poco tiempo él fallece y su esposa Eliana Moreira, se hizo cargo desde entonces tanto de sus hijos como de todo el accionar de la institución.

Eliana aseguró a nuestro medio que ella ama el volar, regularmente realiza algunos vuelos de cortesía que disfruta de principio a fin.

“A mi me encanta volar, pero me gusta volar en aviones pequeños, porque en las avionetas yo puedo ver directamente las montañas, la nieve y hasta los colores del campo como se adornan en otoño, un paraísos desde las alturas”, asegura nuestra amiga Eliana.

DE ARMAS TOMAR

Esta insigne institución lleva el nombre del hombre que lideró la aviación en todo el Valle de Aconcagua, pionero que animó e inspiró a su generación para conquistar las alturas. Diario El Trabajo habló con Cecilia Rodríguez, hija de Eliana Moreira y quien creció correteando las 15 hectáreas del aeródromo.

“Lo que más me hace sentir orgullosa de mi madre, es su valentía a todo terreno, ella se ha mantenido en pie, mientras algunos han salido corriendo cuando hay crisis, ella nos ha enseñado con su ejemplo, a enfrentar lo que venga con hidalguía”, comentó Cecilia.

La trascendencia que a lo largo de sus 75 años de vida, la señora Moreira ha logrado demostrar para sacar adelante a sus hijos y también la responsabilidad de atender cada uno de los aspectos administrativos del club, es reconocida por Diario El Trabajo y haciendo nuestra la voz de la actual generación de aconcagüinos, queremos felicitar públicamente a la mujer que con su ejemplo de trabajo y entrega, nos marca el camino para ser seguido por quienes sueñan con dejar más que sudor, en cualquier proyecto de vida para su mañana.