- Iniciativa busca articular una estrategia de políticas públicas para enfrentar esta temática.
Un diagnóstico sobre la realidad que existe en el valle de Aconcagua en la temática de la explotación sexual infantil se encuentran realizando profesionales del proyecto Iniciativas Regionales contra la explotación sexual financiando por la Unión Europea.
Según explicó la coordinadora provincial del proyecto, Ingrid Ewert, señaló que la idea es elaborar una estrategia pública contra la explotación sexual de menores y para ello en una primera etapa están elaborando un diagnóstico cualitativo y exploratorio respecto de cuáles son las respuesta que tienen las instituciones relacionadas con esta temática en las provincias de San Felipe y Los Andes.
«Estamos evaluando tres indicadores que tienen que ver acerca del conocimiento que tiene la red sobre la explotación, cómo opera la red, detección de víctimas y acciones concretas de las diferentes instituciones», apuntó.
Ewert dijo que esperan tener listo el diagnóstico los primeros días del mes de diciembre, para luego desarrollar un modelo de trabajo a través de volantes informativos para ser presentados al Sename y el Ministerio de Justicia.
«Lo que se busca es hacer más visible la temática de la explotación y poder establecer un protocolo de cómo responder ante esta situación», sostuvo.
Ingrid Ewert dijo que antes la explotación sexual tenía connotaciones más visibles y se ejercía en las calles, «pero ahora tiene que ver con el almacenamiento de pornografía y el turismo y la trata de menores».
Precisó que a nivel de valle están trabajando con 32 casos de menores que han sufrido algún grado de explotación sexual y continuarán llevando a cabo salidas a terreno, sobre todo en las noches, a fin de poder pesquisar más casos.
Ewert indicó que la edad de las víctimas atendidas va de entre los 12 y 17 años, pero también han tenido casos que han involucrado a niños más pequeños.
A su vez, la coordinadora del Proyecto Markaza, Pamela Espinosa, recordó que el tema de la explotación sexual ha sufrido variaciones en los últimos años, registrándose un mayor involucramiento de la familia en la vulneración de los derechos de las víctimas, «donde algún integrante de la familia propiciaba la explotación del niño o de la niña, ya sea al interior del hogar o en circuitos de calle».
Sin embargo, planteó que en la actualidad se han encontrado con que hay un tipo de turismo sexual asociado a menores, así como también una trata de personas, «ya que nuestros niños son trasladados al litoral central y otros sectores donde ellos desconocen y quedan vulnerables».
Puntualizó que este fenómeno se asocia a factores de desintegración familiar y consumo de drogas.
Espinosa afirmó que por el momento no han logrado identificar redes de explotación sexual, pero sí casos individuales, «pues a veces cuesta detectarlos porque hay muchos elementos de poder que cubren el tema de la explotación sexual y cuesta mucho llegar a estas redes».
La profesional aseguró que por cada caso detectado, hay entre ocho u diez que no son conocidos y que constituyen la cifra negra de la explotación sexual en la región.
Asimismo, comentó que el proceso de reparación hacia menores que han sido víctimas de explotación sexual no es inferior a los tres años y son muy costosos en términos económicos, «ya que un niño explotado ha pasado por todas las vulneraciones, ha sido maltratado física y sicológicamente, ha sido discriminado y luego ha llegado a la explotación sexual y por eso su reparación es muy difícil, pero se puede lograr gracias a estos proyectos».