PUTAENDO.- Como ya es toda una tradición, la Parroquia San Antonio realizó nuevamente la Misa del Gallo, esta vez la ceremonia se llevó a cabo en un restaurado templo que fue repletado por los y las fieles de la comunidad putaendina, que presenció el emotivo nacimiento en vivo. Cuando las luces del templo se apagaron, sólo brillaba la estrella de Belén que fue colocada sobre el altar, momento en el cual la Virgen María montada en un burro y acompañada de San José, ingresaron por el pasillo central del recinto y se ubicaron en un hermoso pesebre instalado a los pies del altar.
El sacerdote Pedro Salinas, dio la bienvenida a los fieles y en sentidas palabras llamó a la reflexión, al silencio y a pedir perdón por todos los errores que se hubiesen cometido durante el año, el cura destacó lo importante que es para el mundo católico la llegada del Niño Jesús, agregando que el nacimiento de Jesús era un regalo para todos y era el momento para producir un cambio en nuestras vidas.
En otro emotivo momento, se produce el ingreso del Niño Jesús, un pequeñito cargado en los brazos de un ángel, quien entregó el niño a la Virgen María y a San José, ocasión en la cual el Padre Pedro Salinas tomó al bebé en brazos y pidió un aplauso para el Niño Jesús, en ese momento los fieles presentes derramaron lágrimas de emoción por tan significativo momento.
La Misa del Gallo tuvo un significado especial para la comunidad católica de Putaendo, con un emotivo nacimiento en vivo que contó con una puesta en escena por parte de los jóvenes que fue bastante destacable, además de la participación de un matrimonio que junto a su pequeño hijo fueron los encargados de representar a la Virgen María, San José y el niño Jesús.
Patricio Gallardo M.