¿Usted ha oído hablar alguna vez de un ‘Patosaurio’? ¿Se imaginó alguna vez que existió un animal llamado ‘Hipopótamosaurio’? Pues bien, lo que el genial hombre de Cine, Steven Spielberg, no ha logrado hacer en sus muchos años en Hollywood, un niño autista de diez años en Santa María ¡ya los hizo!
Se trata de Martín Julián Álvarez Donoso, un estudiante de la Escuela María Espínola, que ha encontrado en el moldear y dibujar dinosaurios, una manera de ‘hacer conexión’ con nuestro mundo, pues gracias a que él los ve en revistas, televisión e Internet, ahora logra mantener una fijación mental en su capacidad para dibujar y colorear estos animales, propios de su imaginación, y mantenerse cada día durante más horas en esta realidad.
‘PATOSAURIOS’ DE COLORES
Diario El Trabajo habló con Lilian Donoso, madre de Martín, quien explicó la aventura de tener que entregarse a un hijo autista, de igual manera que lo hace con dos pequeños más.
– ¿En qué condiciones nació Martín?
– «Recuerdo que mi hijo era completamente normal hasta el año de vida, luego que le pusieran la vacuna del año, ahí Martincito empezó con una fiebre muy alta, hasta que a los días me le dictaminaron que era autista. Yo estaba desesperada, aún así enfrenté el desafío y lo sigo enfrentando hasta el día de hoy».
– ¿Afectó mucho este trastorno a su hijo?
– «Mi niño se autoagredía; se golpeaba contra las paredes; aleteaba mucho; gritaba y lloraba sin detenerse; no me lo aceptaban en las escuelas cuando llegó a su edad de kinder, mis papás eran los que más sufrían con estos desprecios a Martín».
– ¿Cómo pudo salir su hijo de ese estado tan cerrado?
– «Lo que yo fui notando, es que a Martín le llama la atención todo lo que tenga que ver con dinosaurios, él los dibuja y colorea; los fabrica también con plasticina, le encantan cuando le compramos juguetes en forma de esos animales, eso le está ayudando a salir de su mundo».
– ¿Le ayuda a él el dibujar o usar sus manos?
– «Martín es muy creativo, dibuja los dinosaurios de colores inusuales, aún así estos dibujos se ven bonitos, ideó hacer combinaciones de aves con dinosaurios; hipopótamos con dinosaurios, él los llama los ‘hipopótamosaurios’, los ‘patosaurios’ etc.».
– ¿Cómo ha evolucionado Martín en la escuela?
– «Martín comenzó a desarrollar el habla y el autocontrol, luego de cuatro años en esta escuela, siento que en este establecimiento le han prestado la atención que él necesita, gracias a Dios que ahora él logra hablar, pide las cosas por su nombre y hasta dice que tiene una polola».
Diario El Trabajo habló también con Sergio Cordero, padrastro del pequeño, quien asegura que él, como figura paterna, ha tenido que estructurar límites para Martín y de esta forma, enseñarle lo que es la urbanidad y buenos hábitos.
«Yo lo que he tenido que hacer, es imponerle normas, sólo así Martín lograba centrarse y aprender a controlar sus impulsos, él ha podido asimilar mucho toda la enseñanza que en su hogar le damos y también en la escuela, creo que logrará equilibrarse totalmente en unos años», asegura Cordero.
En la escuela las cosas han mejorado para este niño, pues en cuatro años de estar recibiendo clases en la María Espínola, sus avances han sido muy positivos.
«Cuando Martín llegó en 2009, él fue mi primer estudiante, pues yo apenas me estaba titulando, era muy difícil para él poder acostumbrarse a los demás, el ruido lo alteraba, cualquier actividad era ajena a sus intereses. A cuatro años después, puedo certificar que los avances de este niño han sido muchos y sigue creciendo como persona cada día», explicó a Diario El Trabajo Ximena Vega Escudero, profesora de Martín.
No importa cómo se llamen, si Dinosaurios o Patosaurios, lo importante en esta historia, es que estos dibujos y juguetes, más el amor de quienes lo rodean, han ayudado a que Martín salga a flote del mundo autista en el que permanece gran parte del día.
Roberto González Short
rgonzalez@eltrabajo.cl
