- Fue ultrajada por el tío de su conviviente.
SAN ESTEBAN.– Una dueña de casa de la comuna de San Esteban, habría sido violada en forma reiterada por un tío de su conviviente cuando ambos quedaban solos en el domicilio que comparten en El Cobre de la comuna de San Esteban. Los ultrajes comenzaron a fines del mes de junio, cuando hasta el inmueble llegó el imputado L.A.G.Ch., de 58 años, con la finalidad de ayudar a su sobrino a construir su vivienda en un terreno que le había cedido su padre.
En la primera ocasión, el sujeto aprovechando que su sobrino había salido a su trabajo, se dirigió hasta el baño donde estaba la pareja de éste de iniciales P.G.S. (29) y tomándola por el cuello le puso un cuchillo en la espalda diciéndole que «la encontraba rica», obligándola luego a bajarse los pantalones y la ropa interior para proceder a violarla. Tras el ataque, L.A.G.Ch. se retiró del lugar, mientras la mujer quedó en estado de shock, ya que según su declaración judicial, cuando tenía nueve años fue violada por su padrastro y en esos momentos no supo qué hacer.
SU MADRE NO LE CREE
Luego contó del ultraje a su madre quien no lo creyó, por lo que temió decirle a su pareja que había sido ultrajada por el tío. Posteriormente, el día 6 de julio cuando la víctima salió del dormitorio para ir a la cocina a preparar la comida para su hijo pequeño, fue interceptada por el hombre quien cuchillo en mano la volvió a amenazar obligándola a tener sexo.
Días más tarde y durante el transcurso de una fiesta familiar, la mujer le comentó a un pariente cercano lo que estaba viviendo y éste le aconsejó que grabara las violaciones con su celular. Fue así que el día 12 de julio, L.A.G.Ch. volvió a acosar a la víctima cuando esta se encontraba en el dormitorio y antes que ingresara a la habitación puso su celular en modo de grabación.
El tío ingresó a la habitación y nuevamente procedió a violarla sin importar que al lado de la cama estuviera la cuna del hijo de un año cuatro meses de edad que presenció llorando todo el ultraje. Cometido el ataque y una vez que el agresor se retiró el lugar, la víctima llamó a su conviviente para que concurriera a la casa contándole finalmente de los ultrajes y mostrándole el video.
La pareja se dirigió de inmediato a la PDI con los medios de prueba, siendo acogida la denuncia por la Brigada de Delitos Sexuales y Menores.
Informado el Fiscal Alberto Gertosio de estos hechos, tramitó una Orden de Detención en contra del ahora imputado, la cual se hizo efectiva rápidamente y compareció ante el Tribunal de Garantía de Los Andes.
El acusado fue formalizado por el delito de Violación Reiterada, solicitando el fiscal la medida cautelar de prisión preventiva, en atención a la gravedad de los hechos y a que la víctima ya había sido víctima del ultrajes cuando era menor. El persecutor aseguró que la víctima estaba choqueada con estos hechos y por eso no pudo oponer resistencia a los ultrajes y de ello derivó en que no presentara lesiones en sus genitales. Además, cada vez que el sujeto terminaba los ultrajes la amenazaba con que algo le podía pasar a su hijo pequeño.
Sin embargo, la abogada defensora se opuso a esta medida cautelar ya que el hombre no había usado la fuerza con ella y se trató de relaciones sexuales consentidas, además de abrir la posibilidad de que la grabación del celular haya sido un montaje para extorsionar a su representado.
Argumentó también que la cautelar solicitada por el Ministerio Público era totalmente desproporcionado, toda vez que su representado no tenía ningún tipo de antecedente penal. Sopesados los argumentos de ambas partes, la Jueza Adriana Hernández consideró al imputado un peligro para la seguridad de la víctima y de la sociedad, además de catalogar de inverosímiles los dichos de la defensa, por lo que decretó la Prisión Preventiva. El plazo de investigación de los hechos se fijo en cuatro meses, ya que se deben llevar adelante pericias orgánicas para probar científicamente la violación.