- Ricardo Guzmán García asegura que un desconocido se habría encontrado en el interior del vehículo de la víctima.
Este lunes en el Tribunal Oral en Lo Penal de San Felipe se dio inicio al juicio oral por el asesinato de Carol González Cortez, crimen ocurrido el día 17 de abril del 2012 y por el cual se acusa a Ricardo Javier Guzmán García.
Como de costumbre el juicio se inició con los alegatos de apertura por parte del Ministerio Público representado por el Fiscal Osvaldo Basso Cerda, la parte querellante representada por Paulina Fernández y Julio Álvarez, mientras que por la defensa actúan la abogada Allende y Juan Carlos Manríquez.
El acusado enfrenta cargos por homicidio calificado e incendio. Por el primer delito el Ministerio Público está solicitando la pena de presidio perpetuo simple y por el segundo una pena de cinco años de presidio menor en su grado máximo, más 3 UTM.
Para pedir esta pena el fiscal se afirma en dos agravantes de este caso, como son la alevosía y la premeditación.
Mientras tanto la parte querellante pidió, al finalizar el alegato de apertura, el presidio perpetuo calificado, los cinco años por el incendio, además de pedir una indemnización por daños civil y morales ascendente a la suma de 250 millones de pesos para las víctimas, los hijos que han quedado huérfanos.
Por su parte el abogado defensor indicó que durante la audiencia aparecerán muchas dudas que se irán incrementando con el tiempo.
El abogado dijo que este caso representa dos puntos de inflexión que deben ser materia del debate y de juzgamiento, antes de la prueba.
Una vez concluido los alegatos de apertura, el acusado, tras ser consultado por el presidente del Tribunal si iba a guardar silencio o iba a declarar, el imputado decidió que debía hablar.
Su relato comenzó con el momento en que es detenido en el Aeropuerto de Pudahuel, cuando estaba a punto de salir del país.
Luego de la situación vivida con la PDI comenzó a contar lo supuestamente vivido ese día 17 de abril.
Cuenta que él se encontró con Carol en el Santa Isabel, pasadas las 10:30 horas, donde le confirma que al día siguiente se iba con sus padres a EE.UU., a casarse con su novia. Ahí Carol le habría contado que tenía unos materiales de gastronomía que él le había facilitado para Gastronomía.
Le respondió que quizás más tarde iría a la Santa Teresa de Los Andes, en ese instante ella le dice que se junten a las seis y media en el triángulo (Los Villares) donde se va a la hacienda Rinconada y hacia el otro se va hacia Los Andes.
Se encuentra como habían quedado de acuerdo a las seis y media totalmente de día. Señala que en ese lugar no compartió más de un minuto o dos minutos con ella.
“Ella me está esperando en ese sector del triángulo, yo la saludo, me subo a la camioneta, había una persona atrás, le mentiría si digo que era minero… obrero, yo lo que menos me fijé fue en el caballero, lo único que me entregara lo que ella me dijo que me iba a entregar, ya que andaba con poco material, para lo que ella me decía que me iba a entregar, andaba con una malla con monedas porque había ganado dinero en esos casinos de máquinas; más de 80 mil pesos en monedas y otros también más 20 en moneda, y todo eso lo andaba trayendo en bolsas… de… bueno ella le dice a la persona de atrás que me entregue un material que tenía atrás… cerca de su cartera, no sé, y me lo entregan y me pasan a llevar el dedo, y yo como soy con tendencia de presión alta y diabético, cualquier herida que me haga me hace heridas prontas, me pasa a llevar el dedo, le mentiría si le digo no fue un cuchillo, no sé qué, un troncha quesos… no sé, yo dije no te preocupes, yo me dije éste está medio loco”, dijo Guzmán García.
Después de eso tomó sus herramientas que era un mandril, un tenedor, y como veía su dedo herido, lo único que hizo fue tomar sus pertenecías “y le digo que rico verte, que tengas buena vida con tu gente y chao… yo me fui… me fui”, indicó el acusado.
Cuenta que ayudó a una persona que estaba tendida en el piso en un local de Los Andes a donde pasó a servirse una bebida.
El acusado desconoce todo tipo de relación sentimental con Carol González, indicado solamente que se trataba de una amistad.
Le volvieron a preguntar si había tenido relaciones sexuales con la víctima y de nuevo dijo que no.
Una de las frases más usadas por el acusado fue: “No me acuerdo”, especialmente cuando le preguntaban por su pasado académico y el uso de cuchillos.
También se supo en el interrogatorio efectuado por el abogado Julio Álvarez, por parte de la familia, de un negocio de suplementos que entablaron con el hijo mayor de Carol, Brenno, sin embargo pasado un tiempo Ricardo decidió ir a comprar él mejor los productos directamente en la RM.