Luego que en Diario El Trabajo hiciéramos de conocimiento público el calvario familiar que desde hace años venía viviendo una familia en Santa María, calvario generado porque un tribunal de Familia les quitó a esta pareja a tres de sus hijas y de las cuales dos serían dadas en adopción en cualquier momento, Elisabeth Loreto Valdés y Mario Aravena se jugaron el todo por el todo y optaron por robarse a sus propias hijas de la Aldea S.O.S. de Quilpué, centro de menores a las orden del Sename en el que permanecían las niñas.
De forma Exclusiva Diario El Trabajo logró hablar vía telefónica con la angustiada madre.
«HASTA PRESA IRÉ POR MIS HIJAS»
Asegurando estar en tierras del Norte, fue Elisabeth Loreto Valdés quien habló con nuestro medio vía telefónica, para explicar detalladamente lo que está haciendo para permanecer junto a sus pequeñas.
– ¿Qué pasó con sus niñas?
– «Yo no me aguanté este atropello, mi esposo y yo decidimos este viernes robarnos las niñas, no puedo permitir que ‘las regalen’ a nadie, ellas no son un perrito ni un gato, para que a la primera alguien pueda disponer de ellas como si fueran un sillón o un juguete, son mis hijas y daré todo de mí para que ellas sean felices».
– ¿Se siente usted con firmeza para hacerse cargo de las tres menores?
– «Claro que sé que tengo que afirmarme bien, mis hijas me dan fuerza para seguir adelante también, es verdad que cometí algunos errores, pero el precio que me cobra el Estado no es comparado con mi error, lo que hice la haría de nuevo, llegaré hasta las últimas consecuencias».
– ¿Tienen miedo que les capture la Policía?
– «Claro que tenemos mucho miedo, desde que emprendimos nuestra huída con las niñas, vivimos con el temor que en cualquier momento la Policía tire la puerta de nuestro nuevo apartamento a patadas».
– ¿Irías presa por amor a tus hijas?
– «Si debiera ir presa por ellas, lo haría, sólo le pido nuevamente a algún abogado y a las autoridades, que me ayuden. Estoy haciendo esto también orientada por otras madres que están en las mismas condiciones que la mía, ellas lo han logrado y por teléfono nos hablamos aún sin conocernos».
Para entender la magnitud de lo hecho por esta pareja de vecinos de Santa María, debemos tomar en cuenta que el Sename tenía un papel estelar en la vida de toda esta familia, pues Elisabeth Loreto Valdés y Mario Aravena, padres de las pequeñitas Brigadit de cinco añitos, Constanza de tres y Génesis de diez años, niñas que por orden del Juzgado de Familia de Quilpué habían sido remitidas al Sename, derivándolas esta institución a la Aldea S.O.S. de esa ciudad.
Este caso se suma a cientos que en todo Chile están en desarrollo, casos en el que los padres biológicos deciden ‘robarse’ a sus propios hijos de establecimientos en los que a sus hijos se les retiene contra su voluntad por órdenes del Estado.
Roberto González Short
rgonzalez@eltrabajo