PUTAENDO.- Al acercarse un aniversario más de la muerte de Alejandro Vergara Lobos, joven putaendino fallecido el 10 de octubre del año 2004 y que, según la justicia, se produjo por un atropello a pocos metros de su casa, hoy aparece un ‘testigo clave’ que podría dar un vuelco en este caso judicial, que a juicio de la familia del fallecido, siempre se trató de un homicidio donde participó más de una persona.
Recordemos que la madrugada del 10 de octubre del año 2004, Gabriel Vergara Vergara, sobrino de Alejandro Vergara, a eso de las 05:00 horas caminaba por calle José Antonio Salinas cuando a menos de 50 metros del Cementerio Parroquial de Putaendo se percató que en la vía pública yacía un ‘bulto’, posteriormente con horror comprobó que se trataba de su tío Alejandro que estaba fallecido en medio de la calzada.
Desde ese día, para la familia y en especial para la señora Lucía Lobos, madre de Alejandro, no les quedó la menor duda que su ser querido no fue atropellado y muerto en el lugar, ya que no existían frenadas o huellas de vehículos ni indicios de un accidente de tránsito, e incluso en la posición en que quedó el cadáver, justo al frente se encontraba una ventana que daba a uno de los dormitorios de una conocida vecina que en su momento prestó declaración, aduciendo que jamás escuchó ruido alguno como frenada o golpes y que prácticamente estuvo despierta gran parte de esa noche. Sumado a aquello y ante las inmensas dudas que la familia mantuvo desde un principio, comenzaron a recibir información en forma anónima donde se indicaba que a Alejandro lo habían golpeado al interior de Sahondé y su cuerpo había sido arrojado donde finalmente se produjo el hallazgo.
Lucía Lobos confirmó a nuestro medio que solo un par de semanas antes de la muerte de su hijo, éste le mencionó incluso en son de broma que estando en una discoteca gay de Santiago se encontró casualmente con un grupo de muchachos de Putaendo que también llegaron al recinto, por lo que ese comentario, a la postre llevó a la mujer a entender que algo extraño había en la muerte de su hijo, a lo que se suma el hecho que después de este episodio Alejandro manifestaba un grado de temor en cuanto a salir solo, lo que nunca antes, según testimonio de su madre, había expresado.
Para los cercanos a Alejandro, pesó demasiado “haber visto en ese lugar a personas conocidas de Putaendo”.
Llamados anónimos y personas que se acercaron a hablar con la familia les daba la seguridad que algo raro había, pese a que el protocolo de autopsia practicado a Alejandro indicó que había fallecido por lesiones atribuibles a un atropello y que la justicia nunca pudo comprobar sus sospechas a pesar de que fueron citados varios conocidos vecinos de Putaendo a prestar declaraciones producto de la información que ellos manejaban en cuanto a una golpiza y el vínculo eventual con lo ocurrido en la discoteca de Santiago.
Quiere Hablar
Hoy, a menos de un año que la causa por la muerte de Alejandro Vergara prescriba legalmente y pase a formar parte de un sinnúmero de muertes que por años han estado sin aclarar en Putaendo, un testigo clave asoma como una luz de esperanza para la familia y que eventualmente podría dar un vuelco en la parte judicial del caso, ya que según lo señalado por Mariela Vergara Lobos, hermana de Alejandro, han recibido la confirmación que un importante testigo estaría “dispuesto a entregar su versión si es que se le garantiza su seguridad personal”, indicando que este sujeto habría estado presente en el sector de Sahondé donde Alejandro habría sido golpeado por un grupo de individuos y luego subido a una camioneta desde la cual luego habría sido arrojado en el sector donde fue encontrado su cuerpo; por lo que la hermana de Alejandro Vergara indicó que a nueve años de la muerte de su ser querido y a un año que la justicia dé por terminada cualquier instancia de investigación, hoy asoma una luz de esperanza importante para la familia, que espera se pueda materializar con este testigo que podría confirmar que las sospechas de la familia eran ciertas y se pueda probar en los tribunales y llevar justicia y tranquilidad a su ser querido y en especial a la señora Lucía, que como madre lo único que hoy espera es que pueda existir justicia por la muerte de su hijo.
Fue justamente la señora Lucía quien muy emocionada dijo que por ser una familia pobre y de escasos recursos la justicia nunca los escuchó como corresponde y que incluso cuando fueron a retirar la ropa que su hijo llevaba el día en que fue encontrado muerto, éstas fueron quemadas en la misma fiscalía, lo que demuestra que su acceso a la justicia igualitaria fue truncado con un sinnúmero de hechos. Por lo mismo es que hoy aún mantienen viva la convicción y la esperanza de que las personas que se vieron envueltas en la muerte de su hijo puedan enfrentar a los tribunales de justicia.
Nuestro medio se contactó con la fiscalía de San Felipe para saber el estado actual del caso de Alejandro Vergara, donde se nos confirmó que hoy está archivado temporalmente y que este archivo fue ratificado a nivel regional, para lo cual solicitamos una entrevista con el fiscal Eduardo Fajardo, quien en su momento llevó adelante esta investigación, el cual se excusó de recibirnos, pues indicó que hoy no hay antecedentes nuevos que permitan reabrir el caso y formular nuevas declaraciones.
Evidencia quemada antes de tiempo, llamados anónimos, falta de evidencia de una colisión vehicular en el lugar y un par de mujeres que jura no descansar hasta encontrar la verdad que aplaque el dolor del alma.
La muerte de Alejandro Vergara, supuestamente causada por un atropello, está cubierta por un manto de dudas y especulaciones, que por un lado mantienen a una humilde familia sumida en un tremendo dolor y también ha perjudicado a otras familias, cuyos miembros han sido sindicados públicamente como los eventuales autores de un homicidio que hasta la fecha la justicia chilena no ha podido esclarecer y que podría convertirse incluso en forma legal, si esto prescribe, en una muerte más de extrañas circunstancias en la comuna de Putaendo y que no ha sido esclarecida.
Patricio Gallardo M.