Héctor Manuel Vergara Vergara, conocido popularmente en la comuna de Putaendo como ‘Don Tito Vergara’.
Héctor Manuel Vergara Vergara, conocido popularmente en la comuna de Putaendo como ‘Don Tito Vergara’.

PUTAENDO.– En este segundo ciclo de los reportajes denominados ‘Nuestra gente’, conoceremos parte de la historia de Don Héctor Manuel Vergara Vergara, conocido popularmente en la comuna de Putaendo como ‘Don Tito Vergara’. Este conocido vecino, que hoy tiene 84 años, nació en una de las viviendas de Calle Sarmiento y es hijo de Don José Vergara Céspedes y de Doña Estela Vergara Lazcano. Se crió junto a sus seis hermanos en la antigua vivienda ubicada frente al Restauran Los Adobes y desde pequeño comenzó a trabajar en el taller de talabartería de su padre, lugar donde con sólo cinco años demostró una habilidad especial con las máquinas de coser de aquellos años.

 

ABANDONÓ SUS ESTUDIOS

Estudió en el Colegio Pascual Bañados de la comuna de Putaendo, pero su interés y amor por el arte de la talabartería lo llevó a que los doce años dejara los estudios y se dedicara de lleno a trabajar junto a su padre, realizando trabajos propios en el arte del cuero.

‘Don Tito’ nos señala orgulloso, que su padre no tan sólo le enseñó el arte de la talabartería, sino que gracias a su disciplina y sus valores, logró desde pequeño ser una persona ordenada y ahorrativa y a raíz de ese trabajo, con tan solo 17 años logró comprar su actual casa que también tiene en Calle Sarmiento. Este esforzado vecino recordó que sus padres además tenían una amasandería y que por más de catorce años debía levantarse a las tres y media de la madrugada, trabajar en la amasandería para a las seis y media de la madrugada salir a repartir el pan.

El año 1967, Don José Vergara Céspedes fallece, por lo que Don Tito decide tomar las riendas del local que tenía su padre en Calle Comercio, esquina de O’Higgins, oficio que hasta la actualidad realiza con más de 72 años fabricando un sinnúmero de trabajos en cuero, entre las que destacan sus monturas que hoy son reconocidas como únicas y que incluso ha llevado a que Don Tito haya confeccionado monturas para Don Juan Renault, que hoy son exhibidas en Francia y en otros países latinoamericanos, donde son requeridas, además en nuestro país por destacados amantes y familias del rodeo chileno.

Durante 51 años estuvo casado con la señora Aurora Ahumada y de ese matrimonio nacieron sus tres hijos, ‘Tela’, Álvaro y José, cuya descendencia le permite hoy tener nueve nietos y un bisnieto, reconociendo que su gran orgullo siempre han sido sus hijos y su familia.

Don Tito Vergara nos señala que gracias a su trabajo pudo conocer a Don Hugo Monasterio, propietario de Funeraria La Unión, a quien le hacía los tapices para sus vehículos y con quien entabló una gran amistad, que llevó a que Don Hugo Monasterio le instalara la sucursal de su empresa, que primero estuvo en Calle Comercio y posteriormente, hasta la actualidad en su casa de Calle Sarmiento, lo que ha llevado a que Don Tito durante 32 años, sea el representante de Funerarias La Unión en Putaendo, trabajo que asegura, le ha dado grandes satisfacciones, sobre todo cuando gracias al compromiso social de Don Hugo Monasterio, en muchas ocasiones ha podido ayudar a quienes realmente lo han necesitado en esos difíciles momentos, en un trabajo, que asegura, va más allá de prestar un servicio.

 

LUCHA CONTRA EL CÁNCER

Pero no todo ha sido fácil en la vida de Tito Vergara, pues con una gran franqueza, al que muchos creen que no le entran balas, nos reconoció que después de quedar viudo y al enfrentarse a su gran temor, como es la soledad, estuvo cerca de terminar con su vida, por lo que fue fundamental el apoyo de sus hijos y la compañía que la señora Miriam Urbina le ha brindado por más de 20 años gracias al trabajo que ha realizado en su casa, además dijo que hoy da una dura lucha contra el cáncer, destacando como gracias a su hijo ‘Pepillo’, es posible realizarse un tratamiento en la Clínica Santa María de la ciudad de Santiago.

Don Tito Vergara, acostumbrado a enfrentarse a la muerte en su cotidiano trabajo en la Funeraria La Unión y sin que lo consultáramos, dice que no le tiene miedo a la muerte, que tiene la tranquilidad de partir en paz y de haber sido un ejemplo para sus hijos, pues orgulloso señala que en sus 84 años jamás supo lo que era tomar un trago o fumar, tratando siempre de ser un espejo para sus hijos, siguiendo el legado de sus padres, por lo que asegura que enfrenta con tranquilidad lo que le depara el futuro.

En esta grata conversación, Don Tito también tuvo momentos para recordar a sus profesores, los sacerdotes Miguel Jaramillo, Juan Olivares y Juan Villaseca, las grandes fiestas de la primavera que se realizaban en la plaza de Putaendo, además recordó como, cuando era un niño perseguía los burros para que no se comieran las flores de la plaza o como cuando tenía 14 años y junto a algún adolescente de aquellos años compraba dos entradas para butaca y 100 gramos de Ambrosoli para ver la matinée en el teatro que atendía don Ramón Arancibia.

Don Tito Vergara siempre se rehusó a recibir reconocimientos públicos por parte de la municipalidad o la parroquia, los que finalmente recibía en su casa, pues jamás le gustó aparecer en actos públicos, sin embargo, accedió a conversar Diario El Trabajo en un diálogo franco que nos permitió conocer un poco más de su historia donde hoy, con 84 años y como él mismo lo señala, sigue trabajando a diario en su taller de talabartería con un estricto horario que ha mantenido durante toda su vida, como lo es levantarse a las siete de la mañana y acostarse a las 20:00 horas, asegurando que el buen guiso le ha permitido mantenerse con un estado físico que sólo ha sido doblegado por la enfermedad que hoy le afecta.

Patricio Gallardo M.

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