‘Cuando el río suena, piedras trae’, dice el viejo refrán. Y es que esa sabia frase popular es la que se podía aplicar en el caso denunciado por Diario El Trabajo la semana pasada, en torno a una niña de once meses de vida atendida el viernes 10 de enero en uno de los pabellones, menor que presentaba síntomas muy graves en los que se confirmaba la emanación de un líquido negro y viscoso, y hasta sangrado también, por sus genitales y el ano, situación que conmovió a personal del establecimiento que pensó se trataba de una violación.
En Diario El Trabajo luego que la Jefatura del Hospital San Camilo y tras consultas a esa institución sobre si el tema denunciado por nosotros podría obedecer eventualmente a un caso infeccioso, y no a una violación, pero en el que los síntomas coincidieran con los descritos por la funcionaria que habló con nuestro medio, ante lo que, de manera curiosa, en el Hospital San Camilo prefirieron simplemente negar ‘categóricamente’ la información, sin aclararla ni rectificarla, en circunstancias que nuestras consultas apuntaban precisamente a un caso por violación u otro que implicara los síntomas en una bebé de once meses sangrando, síntomas que se pudieran confundir con otra cosa, a lo que no hubo respuesta, investigamos infructuosamente en el San Camilo.
INTERVIENE LA PDI
Así las cosas, la PDI inició una exhaustiva investigación para determinar si existía o no un caso de violación o en su defecto, alguna evidencia que explicara la existencia de una bebé con sangrados vaginales, a lo que finalmente el Comisario Jefe de la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI de Los Andes, Ernesto León, aclaró que luego que Diario El Trabajo publicara “información sobre una posible violación a una bebé de once meses y que no tuviéramos denuncia conocida del caso, la Fiscalía nos ordena iniciar una investigación, de la misma se desprende que efectivamente el viernes 10 de enero ingresó al Hospital San Camilo una bebé de once meses, con sangrado vaginal y también anal, pero que dichos síntomas no eran producto de algún abuso sexual, sino de una introvaginitis, un proceso inflamatorio de la mucosa vaginal que por lo general suele acompañarse de un aumento en la secreción vaginal», aclaró León.
Luego que la cirujano pediatra observó la dilatación de la vagina y ano de la niña, hizo la respectiva consulta al Doctor Varela, Jefe Médico que confirmó que la misma era causa de los efectos de la anestesia a la menor.
«…una de las funcionarias del personal médico habría confundido todos estos síntomas con una posible violación, lo que queda descartado tras nuestra investigación…», agregaría el Comisario León.
Según este funcionario, la bebé fue intervenida quirúrgicamente por dicha infección, la cual le había inflamado su abdomen peligrosamente.
Roberto González Short
rgonzalez@eltrabajo.cl