Días atrás, la Inspección del Trabajo de San Felipe determinó sancionar a Unión San Felipe con una multa de $ 8.000.000, a raíz que el ente fiscalizador concluyó que el club habría cometido una infracción laboral contra los jugadores Cristóbal López y Tomás Díaz, dos elementos que poca, por no decir casi nada de acción, vieron mientras estuvieron en la tienda sanfelipeña.
Los motivos que llevaron a la Inspección del Trabajo a multar al Uní, serían que López y Díaz habrían sido apartados del plantel y enviados a entrenar, estos con las divisiones menores del club, algo que para el Uní era muy difícil que sucediera, debido a que ambos jugadores siempre fueron parte del primer equipo, entrenaban a la misma hora y en los mismos lugares -Complejo Deportivo del Club, Complejo Arturo Prat, Estadio Municipal- que todo el plantel profesional y además, en la fecha que se produjo la denuncia los juveniles se encontraban en receso, debido a que el Torneo del Fútbol Joven chileno había concluido y aún no se reintegraban al trabajo con miras a la presente temporada de cadetes.
El Trabajo Deportivo quiso conocer la posición de Unión San Felipe en relación a este tema. «El inspector cometió un error, porque en el fútbol es común y habitual que se trabaje en grupos (podemos dar fe que es así), además que Tomas Díaz y Cristóbal López siempre entrenaron en los mismos horarios y recintos que lo hacía el primer equipo, jamás fueron separados del plantel y nunca estuvieron con los juveniles», explicó Omar Cerigliano, Gerente General del Club.