- Superintendencia de Educación advirtió que exigir marcas está prohibido.
Es cosa de caminar por las diferentes tiendas de ropa o calzado para encontrarse con la misma escena: cientos de padres luchando por encontrar la talla de zapato o uniforme apropiada para sus hijos a menos de una semana del inicio del año escolar.
Las motivaciones son varias, mejores precios, «no estresar a los niños» o simplemente por falta de dinero tras las vacaciones que suelen castigar el bolsillo.
Diario El Trabajo salió a las calles y encontró a familias completas «haciendo fuerzas» por encontrar el mejor precio en algún rincón de la tienda. «Para qué estamos con cuentos –señala Mario y Silvia de la familia Saavedra García- estamos regateando. Con tarjeta encontramos el uniforme completo para el más chico por menos de diez mil pesos», aunque reconocen que a los dos hijos más grandes no han podido encontrarle la calidad que requieren.
En otra tienda encontramos a la señora Isabel Campos, que acompañada de sus hijos intenta encontrar la mejor talla y relación precio-calidad para su hija que entra este jueves al colegio Assunta Pallotta.
«Nosotros compramos un uniforme por mes», asegurando que el presupuesto los lleva a separar los gastos a mitad de verano.
– ¿Usted tiene claro cuáles son las cosas que el establecimiento no les puede exigir?
– «Yo sé que no nos pueden obligar ropa o útiles de marca. También que en la lista no pueden pedir pegamento en silicona».
Cómo se preparan las tiendas
Las tiendas comerciales se preparan tanto o más que los padres para enfrentar la competencia por disputarse los clientes. En un recorrido por el centro de San Felipe encontramos tiendas que ofrecen cupones de sorteo, dulces y hasta disfraces para tentar a los más pequeños para atraer a sus propias marcas.
Francisco Cruz es el jefe de ventas del local de Johnson’s en San Felipe, y señaló a Diario El Trabajo que «las ventas y metas en comparación con el año pasado andan más o menos iguales. Nosotros preparamos ofertas especiales que incluyan pack promocionales, bonos o tarjetas de descuento por volumen de compra y hasta algunos seguros para fidelizar la compra de uniformes». Respecto de la prontitud con la que las familias se acercan a comprar los uniformes, Cruz señaló que siempre es más o menos a última hora, siendo «estos últimos cinco días nuestro peak de ventas» en ese nicho, por lo que las tiendas continúan atrayendo a los rezagados padres.
Lo que dice el ministerio
Para la Superintendencia de Educación el tema está zanjado desde hace rato: «no se puede obligar al uso de un determinado uniforme a menos que exista consenso absoluto entre los apoderados, el Centro de Alumnos y la dirección del colegio», eso al menos es lo que nos explica a través de la línea telefónica el Superintendente de Educación, Manuel José Casanueva.
«Nosotros enviamos un instructivo (N°85) en el que dejamos muy claro que los establecimientos educacionales, con el acuerdo del centro de padres, del consejo de profesores y previa consulta al centro de alumnos, pueden establecer el uso obligatorio del uniforme escolar, y que siempre se le dará preferencia a la tradicional vestimenta que cualquier apoderado pueda encontrar en tiendas o supermercados».
En el caso de las mujeres: Jumper de color azul, blusa camisera blanca de manga corta o larga, zapatos negros, calcetines azules, parka, abrigo o chaleco azul, pantalón azul de corte recto si las condiciones climáticas lo hacen aconsejable.
En el caso de los alumnos: Vestón de color azul piedra, pantalón de color gris, zapatos negros, camisa de color blanco o celeste, corbata, parka, abrigo o chaleco azul.
En el citado instructivo se señala que «con la aprobación del centro de padres, profesores y alumnos, el director podrá establecer el uso de un uniforme escolar distinto al anterior, siempre que éste sea económico y no costoso».
Casanueva explica que el uso del uniforme escolar diferente al recomendado deberá adoptarse y comunicarse a todos los padres y apoderados a más tardar el mes de marzo. El alumno tendrá 120 días desde que se notifica para usar el uniforme establecido por el colegio. Al cabo de este período, si no ha cumplido, el colegio puede establecer sanciones.
El superintendente es tajante en aclarar que «el director del establecimiento tiene la facultad de eximir del uso obligatorio del uniforme en casos excepcionales. Pero nunca se puede prohibir el ingreso de un alumno al establecimiento por no cumplir con el uniforme escolar, y las normas sobre su uso deben estar incorporadas en el reglamento interno».
«Los establecimientos no deben obligar o inducir la compra de determinadas marcas de útiles o adquirir las listas en determinadas empresas o locales comerciales. Sólo en forma excepcional, cuando existan razones de carácter pedagógico, sanitario o de otro orden debidamente acreditables, los profesores o colegios pueden recomendar (nunca obligar) determinadas marcas de productos en las listas de útiles».
Finalmente el Superintendente de Educación señaló a Diario El Trabajo que «en el caso de incumplimiento de alguna de estas normas, los afectados pueden hacer la denuncia al Sernac o en la Superintendencia de Educación Escolar a través del sitio web www.supereduc.cl»