Carmen Ramírez, con cinco años como comerciante de la feria, dice entre risas que la saludaron y la regalonearon con una torta.Carmen Ramírez, con cinco años como comerciante de la feria, dice entre risas que la saludaron y la regalonearon con una torta.
Carmen Ramírez, con cinco años como comerciante de la feria, dice entre risas que la saludaron y la regalonearon con una torta.
Carmen Ramírez, con cinco años como comerciante de la feria, dice entre risas que la saludaron y la regalonearon con una torta.

Este 8 de marzo las mujeres del Valle del Aconcagua celebraron, al igual que en todo el mundo, el Día Internacional de la Mujer. Pero un grupo especial de mujeres lo pasó trabajando. Son las mujeres de la tradicional Feria Diego de Almagro de San Felipe, que entre ventas y clientes se dieron un minuto para hablar del rol que ocupan hoy en la sociedad y los avances en la anhelada igualdad de género.

María Allendes lleva 18 años haciendo comercio en la feria. Vende tejidos y bebidas.
María Allendes lleva 18 años haciendo comercio en la feria. Vende tejidos y bebidas.

A algunas las saludaron, a otras no, pero todas trabajaron por igual en este día especial, ya que para estar en la feria todos los domingos, cada una se prepara durante los sábados, justamente el día de celebración. María Allendes lleva 18 años haciendo comercio en la feria. Vende tejidos y bebidas. Tiene cuatro hijos y ha podido mantenerlos y ayudarles a sacar su educación universitaria. Dice que su marido la sacó a comer afuera para el Día de la Mujer. Está feliz del cariño que recibe, pero reitera que una mujer no para, ni siquiera en días de fiesta.

Lucila Jiménez tiene una hija, cuatro nietos y dos bisnietos. Tiene el puesto 277 de ropa interior. Lleva casi 20 años trabajando en la feria y asegura que no para de trabajar porque “las que llevamos la casa tenemos que trabajar y no sabemos de celebraciones. Hay que mantener a la familia y tirar para adelante nomás”.

Maritza Castillo Castro lleva casi seis años trabajando en la Feria Diego de Almagro. Tampoco le celebraron y dice que “no me saludaron, ni una flor… nada”. La acompaña su madre todos los domingos en el Puesto N°283 donde vende ropa interior y calcetines. Asegura que “hoy en día las mujeres somos un pilar fundamental en la familia y si no trabaja la mujer la cosa no anda”.

Carmen Ramírez, con cinco años como comerciante de la feria, dice entre risas que la saludaron y la regalonearon con una torta. En el Puesto N°329 atiende con sus hijas y venden ropa de perro y camas para mascotas. Disfruta del cariño de sus cinco nietos y asegura que “para la mujer no hay descanso. Pero siempre hay mucho afecto y agradecimiento por el esfuerzo de llevar una familia”. Sus hijas coinciden en que hoy día falta mejorar en la igualdad laboral ya que, “ante trabajos iguales, a la mujer le pagan menos”.

Edith Aros Sepúlveda es uno de los primeros puestos de la feria que vende plantas y flores. Tiene seis hijos y más de 20 nietos. Recuerda que fue una de las primeras feriantes de este lugar. “Al principio nos colocábamos así nomás, no estaba regulada y venían los Carabineros en las micros y nos llevaban a todo el montón detenidos. Hasta que nos conseguimos permisos y regularizamos esto”. Doña Edith expresa que la igualdad entre hombres y mujeres ha avanzado muchísimo “ahora tenemos voz y voto de todo. Luchamos por esto y ahora es todo para bien de las mujeres, porque todos merecemos respeto y cuidado”.

Elena Torres tiene tres hijas y tres nietos. Vende en el primer puesto en la feria junto a su marido. Trabaja con toda la familia vendiendo mote con huesillos y empanadas. Para ella la celebración del día de la mujer sirve porque ahora es más fácil hablar de derechos femeninos. “Ahora nosotras también mandamos en la casa y podemos hacer valer nuestro voto en todas las decisiones”.

 

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