Mónica Vidal es una vecina de la comuna de San Esteban que el año 2010 arrendó una vivienda a unas personas que no solo no le pagaron su arriendo, sino que además le quedaron debiendo una abultada cuenta de suministro eléctrico.
La afectada asegura haberse acercado hasta las oficinas de Chilquinta Energía en San Felipe donde le explicaron que la deuda suma ya cerca del millón de pesos y donde no le informaron otra forma de pago que no fuera abonar un millón en efectivo.
El problema es que la mujer acusa malos tratos verbales para explicarle los pasos a seguir, por lo que decidió denunciar lo ocurrido a Diario El Trabajo.
“Yo vivo en el Cariño Botado, tengo artrosis en las dos piernas y además soy asmática. Vine con buenas palabras a pedir una ayuda para pagar la deuda con alguna facilidad, pero la señorita que me atendió me trató muy mal y no me dio una solución, sino que me dijo que me fuera de allí y volviera con el millón de pesos. Entonces fui a decirle a un guardia y él me dijo que pagara y ahí recién volviera. Después me echó con malas palabras”, relató la afligida mujer.
Una testigo de la situación, acompañó a la señora Mónica hasta las oficinas de Diario El Trabajo para dar fe de lo que relataba la señora, explicando que efectivamente “el guardia trató muy mal a la señora”.
Diario El Trabajo intentó tomar contacto con la gerencia de Chilquinta, pero hasta el cierre de esta edición no fue posible obtener una versión de lo sucedido. Nuestro medio intentó conocer en línea la situación de mora de la denunciante, pero en la página de Chilquinta el número de cliente que exhibe la cuenta de la señora Mónica no figura como vigente.