A la izquierda, Ariel González, secretario del Canal el Zaino junto a Miguel Muños, agricultor, conversando bajo higueras muertas por la sequía.A la izquierda, Ariel González, secretario del Canal el Zaino junto a Miguel Muños, agricultor, conversando bajo higueras muertas por la sequía.
A la izquierda, Ariel González, secretario del Canal el Zaino junto a Miguel Muños, agricultor, conversando bajo higueras muertas por la sequía.
A la izquierda, Ariel González, secretario del Canal el Zaino junto a Miguel Muños, agricultor, conversando bajo higueras muertas por la sequía.

Increíble comprender que un valle, que hasta hace una década era un gran productor de aceitunas, ahora tenga solo el 40% de sus plantaciones irrigadas y su cosecha se haya reducido a porcentajes tan pequeños que no vale la pena hacerlo. Todo debido a la sequía que ya azota durante siete años consecutivos a la zona. La situación es tan precaria que si se da otro año de sequía, como el que estamos viviendo, la única alternativa sería cortar la masa verde para ver si se pueden salvar los árboles con brotes a futuro.
Jahuel ostentó durante décadas el título de tercer productor nacional de aceitunas y sus derivados, sin embargo, hoy en día mantiene alrededor de 120 hectáreas con irrigación de sus 300 plantadas. Y las que se mantienen irrigadas lo hacen en los peores momentos con un 16 % del caudal normal de riego. Por lo tanto la comunidad de regantes mantiene las esperanzas en que Daniel Sepúlveda, director regional de la DOH, pueda gestionar o liberar los recursos para la perforación de otro pozo, que sería la salvación para la zona.
Según Ariel González, Secretario de la Asociación de Canalistas el Zaino, la situación es tan crítica que la sobrevivencia de los olivares depende de este pozo: “La situación de los regantes aquí en el Valle de Jahuel es bastante crítica. Si bien el olivo, que es nuestro principal cultivo, es resistente a las sequías, la verdad es que con el agua que contamos apenas podemos mantener con vida el árbol, pero no hacerlo producir, ya que no florece, o no cuaja su flor. Con la escasez de agua existente, tenemos un gran porcentaje de hectáreas donde los árboles se están secando y muriendo, por lo tanto sus propietarios están comenzando a cortar los árboles para soñar con una brotación nueva a futuro si es que hay agua para irrigar”.
Cabe destacar que se han hecho varios trabajos de mejoramiento, revistiendo canales, entubando el agua en sus fuentes, se construyó un tranque de 17.000 m3 de capacidad, pero sin agua; todo es inútil y pasan a ser obras muertas si es que no se construye rápidamente otro pozo. En este sentido, la directiva del canal está esperando a la brevedad la visita de Daniel Sepúlveda para apurar los fondos que se necesitan para el sondaje, apertura y puesta en funcionamiento de un segundo pozo ya que bajo la tierra, agua existe y en grandes cantidades.
Pero para algunos agricultores, como Miguel Muñoz, la tragedia se siente ahora y la presión económica se ha hecho sentir a tal punto que sus estándares de vida han retrocedido de manera crítica: “La producción se ha visto afectada en un 100%, y estamos buscando otros rumbos, otras alternativas, otros trabajos. Nosotros vivimos al mínimo, y nos duele. Todo por intentar quedarse y salvar lo que se puede, pero por ejemplo en mi caso, sacrificamos las higueras, las dejamos morir y secarse para poder regar los olivos, pero para salvarlos nada más, porque producción no hay con la poca cantidad de agua que tenemos”.
Roberto Mercado Aced

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