- Autoridad Sanitaria intensificará fiscalizaciones en los establecimientos educacionales, mientras tanto, se reunió con directores de distintos colegios para sentar bases en torno a la prevención del contagio de esta patología.
La comuna de Llay Llay nuevamente se ve afectada por la meningitis viral. En esta oportunidad son dos casos los que se encuentran en estudio, uno de ellos ya confirmado, tratándose de una adolescente de 16 años quien presenta una alta probabilidad de haber contraído esta patología en su establecimiento educacional.
Mario Méndez, Jefe de la Oficina Aconcagua Seremi Salud Región de Valparaíso, reafirmó esta situación diciendo que “son dos casos nuevos, uno que aún está siendo analizado y estamos esperando su confirmación, y otro ya confirmado, el cual fue derivado al Hospital Militar. En virtud de eso, allí se le hicieron los exámenes de rigor y se confirmó que se trataba de meningitis viral, de acuerdo a los protocolos de salud que están alineados con los del Ministerio”, explicó.
La declaración de Méndez se realizó justamente en el marco de una reunión que sostuvo la Autoridad Sanitaria con los directores de los distintos establecimientos educacionales del Valle de Aconcagua, la cual se desarrolló precisamente con el objetivo de instruir a los colegios en torno a esta enfermedad, ya que, según el personero, ésta presenta un brote importante en la V región.
Respecto de que sea Llay Llay nuevamente la comuna afectada, transformándose en una de las que mayor alerta ha suscitado luego de los diversos casos de meningitis viral presentados en la región, Méndez declaró que ya se han intensificado las fiscalizaciones y enfatizó que “estamos tomando especial cuidado en las comunas que están presentando más casos, como son Valparaíso, Viña del Mar, Quillota y Llay Llay”, relató.
En relación a las estrategias que está tomando la Autoridad Sanitaria para poder controlar el brote de la patología, Méndez contó que la reunión con autoridades educacionales, realizada ayer en el Teatro Municipal de San Felipe, es precisamente para poder entregar instrucciones respecto de las medidas preventivas, del manejo y particularmente de explicar lo que significa esta enfermedad.
“Los directores de los distintos colegios, públicos y privados, deben ser agentes multiplicadores en sus respectivos establecimientos, especialmente de dos presentaciones realizadas hoy (ayer), que tienen relación con el estado de avance de esta enfermedad en la región y el Valle de Aconcagua y también con las normas que se les solicita a ellos principalmente en el manejo de la higiene, aseo de manos y el manejo que deben realizar los auxiliares de aseo dentro de los establecimientos”, relató Méndez.
En este mismo punto, el personero agregó que “el problema de la meningitis viral se instala principalmente en el sector educacional, tenemos que mejorar las condiciones sanitarias. En fiscalizaciones anteriores hemos detectado que no hay jabón, toalla Nova o incluso papel higiénico en los baños de estos establecimientos. Hay quejas en las unidades educativas de que no existen recursos y los responsables son los administradores, en el caso de los colegios municipales, son los Daem, Dirección de Administración Municipal, los que deben otorgar el presupuesto adecuado”, enfatizó, sumando que “también en el ámbito privado es indispensable que los directores contemplen en el presupuesto anual estos elementos que son fundamentales y que deben incorporarlos para contar durante todo el año con estos insumos de aseo, que nos van a permitir controlar este tipo de enfermedades, no sólo la meningitis, sino otras patologías como la hepatitis, la influenza, etc. Si no tenemos estos dispositivos de higiene, será más probable que presentemos este tipo de patologías que estamos describiendo”, finalizó
Cabe destacar que en la actualidad un 50 % de los colegios de Aconcagua no tienen autorización sanitaria o ésta se encuentra obsoleta, por lo que Méndez hizo un llamado a regularizar y a mejorar las condiciones de servicios higiénicos y de alimentación en todos los colegios y, por supuesto, en los propios hogares, en los locales de alimentos y en todo punto de contacto que pueda provocar transmisión de una enfermedad microbiana.