- Cada uno de estos lugares debe cumplir con diversos requisitos de higiene y seguridad que garanticen el bienestar de los usuarios.
El fin de semana pasado comenzó oficialmente la Temporada de Piscinas y Balnearios en el Valle de Aconcagua y la Autoridad Sanitaria de forma paralela inició su proceso de fiscalización a los 37 centros de verano que solicitaron permiso para recibir público en la provincia de San Felipe.
Mario Méndez, Jefe de la Oficina Provincial de la Seremi de Salud, detalló que los reglamentos y exigencias de piscinas y balnearios son independientes y que cada uno debe responder a las solicitudes y requerimientos que establece la autoridad sanitaria, para de esta forma, asegurar el bienestar de los visitantes a estos lugares. “En las distintas provincias ya hemos comenzado con el programa de fiscalización con nuestros inspectores, quienes van a hacer cumplir los reglamentos de piscinas y balnearios, que dicho sea de paso, son distintos uno de otro”, aclaró.
Así mismo, Méndez detalló que el reglamento de piscinas en Chile es muy riguroso, con exigencias muy difíciles de cumplir, mientras que los balnearios, aunque tienen que tomar medidas más flexibles, de todas formas “deben cumplir con condiciones mínimas suficientes como servicios higiénicos autorizados, agua potable y que tengan un sistema de disposición de residuos sólidos, además de un sistema de control de roedores, particularmente para evitar el Hanta Virus y enfermedades similares que nos permitan reducir ese riesgo”, enfatizó la autoridad.
En relación a las exigencias que se hace a las piscinas, el personero apuntó que éstas son mucho mayores en relación con el dispositivo donde se encuentra el agua, con los niveles de cloración adecuados y también baños con agua potable, conexión a la red de alcantarillado, guardarropías, camarines o lugares para cambio de ropa adecuados, servicio de duchas, pediluvios para la desinfección de pies en el acceso a la piscina y otros detalles desde el punto de vista técnico que son mucho más rigurosos.
Es importante consignar que el reglamento de piscinas diferencia tres categorías: las públicas, semipúblicas y las privadas. En este caso la autoridad sanitaria debe controlar y fiscalizar el funcionamiento de las dos primeras como es el caso de la piscina del Estadio Fiscal en San Felipe.
En cuanto a la existencia de piscinas particulares que sin autorización sanitaria abren su espacio al público, Méndez adujo que es un poco difuso distinguir entre un espacio y otro. “Estos conceptos de semipúblicas y privadas establecen un límite un poco difícil de controlar y fiscalizar. Nosotros hemos recibido denuncias por parte de vecinos que nos indican que piletas de carácter particular están desarrollando actividad comercial y la verdad es que eso no se puede hacer”, destacó.
En este escenario, Méndez asume que las fiscalizaciones no siempre son suficientes y que la responsabilidad del público resulta fundamental a la hora de elegir un lugar de este tipo, exigiendo la autorización sanitaria vigente, sobretodo en esta fecha en que los establecimientos educacionales e instituciones públicas y privadas comienzan a seleccionar y reservar espacios para sus paseos de fin de año.
Bajo esa perspectiva Méndez recalcó que “aparte de la fiscalizaciones, hay que hacer un llamado a los turistas y personas que organizan este tipo de eventos de fin de año a que no se arriesguen. La verdad es que un paseo de curso o una actividad colectiva de empresa debe procurar que este tipo de actividades se hagan en espacios con autorización, sobre todo si es un lugar con piscina, deben cerciorarse de que cumpla con las exigencias que hace la autoridad sanitaria de tal manera que disminuyamos los riesgos de accidentes y situaciones de esa naturaleza”, finalizó.
Cabe destacar, que en cada uno de los casos, la presencia de salvavidas es obligatoria, pues un balneario o piscina es siempre un lugar propenso a tener algún tipo de accidente y dependiendo de la tamaño de la pileta y de la cantidad de personas que reciba, va a depender el número de guarda vidas que debe supervisar la seguridad de los bañistas.