- Presididos por Mons. Contreras Molina cerca de 2 mil personas llegaron hasta San Felipe para la apertura de la Puerta Santa de la Iglesia Catedral este domingo 13 de diciembre.
Cerca de 2 mil personas se dieron cita para ser parte de la Apertura de la Puerta Santa de la Iglesia Catedral de la Diócesis de Aconcagua. La celebración que comenzó a las 16:00 horas de este domingo 13 de diciembre, inició con cantos y dinámicas realizadas por el Equipo de Animación de la diócesis, quienes fueron los responsables de recibir y animar a los cientos de fieles de diferentes comunidades parroquiales.
Con la presencia del clero diocesano, seminaristas, diáconos, fieles que permanecían en la plaza de armas de la ciudad de San Felipe, Mons. Cristián Contreras Molina inició el Rito de Apertura de la Puerta Santa, el que tuvo como primer momento la proclamación del Evangelio de Lucas, Evangelio de la Misericordia. Luego de orar, el Obispo diocesano se dirigió hasta las puertas de la Catedral y tras golpearlas las abrió ante el aplauso de los presentes.
En la ceremonia, un grupo de laicos presentaron las ofrendas. Una pareja de niños dejo caer pétalos de rosas en la puerta, después se colocó incienso y finalmente dos trabajadoras de casas particulares derramaron Crisma en los pilares de la
Puerta Santa. Al terminar este rito de apertura de la puerta santa, se invitó a todos los fieles a ingresar en procesión al templo jubilar para dar inicio a la eucaristía.
Al concluir la comunión, el mismo Padre Obispo entregó a cada una de las 29 parroquias el ‘signo jubilar’ –un cruz y estola- que estarán presentes durante todo este Año Santo de la Misericordia. Este signo jubilar fue encargado entregar a los párrocos para que ellos lo regalen a las capillas más humildes de la diócesis.
Al término de esta celebración el Pastor Diocesano se mostró emocionado manifestado «estoy muy contento por la alta convocatoria que ha tenido esta fiesta, porque el Papa nos ha invitado a vivir un año que es de esperanza de alegría, como es la misericordia, compartir este don que es tan rico, hacerlo vivo en nuestro corazón, en nuestra familias y nuestras comunidades, porque el mundo actual necesita con urgencia misericordia». Más adelante Monseñor continúo diciendo «hoy en nuestra diócesis hemos dado inicio al año de la Misericordia, hoy hemos abierto la puerta Santa, la puerta de Cristo, que es el corazón de Cristo, un corazón siempre abierto y generoso para recibir todos los hombres».