LLAY LLAY.– Un lugar donde la leyenda se hace realidad y los visitantes se sienten transportados mágicamente al mundo encantado del Polo Norte gracias a la decoración, donde cada detalle lleva el sello navideño. Esta es la casa de Pamela Toro y Roberto Cataldo, matrimonio que lleva en sus venas el espíritu de la navidad y la comparten con los vecinos de Llay Llay. Hasta el domingo 3 de enero, el registro de visitas ascendía a más de 1500 personas.
“Instalar una cultura navideña de puertas abiertas a la comunidad, y poder compartir toda nuestra ornamentación y lo que hacemos con los vecinos, es nuestro objetivo”, expresa Roberto Cataldo. Y este es el verdadero espíritu de la navidad: ser generosos, entregar amor, cariño y bondad. Son justamente estos sentimientos que repletan el corazón del matrimonio. La belleza de la ornamentación y cada detalle es una extensión de su alma. Personas que ponen su pasión, dedicando su tiempo y sus recursos en construir un decorado que les toma 10 meses en armar y que luego sin ningún interés, comparten con la comunidad.
‘La Maqueta de Llay Llay’, forma parte de la exposición que los visitantes observan con asombro. Una reproducción ‘sin escala’, dice Pamela Toro “lo hizo Roberto, con material reciclado y después del trabajo”. En ella está representada toda la ciudad, sin faltar nada, y donde resalta cada una de las instituciones. Los detalles son impresionantes.
Sin duda como dicen los visitantes, un trabajo “que hay que agradecer, por entregar la oportunidad de volver a ser niño, a disfrutar de la navidad y por compartir con la comunidad”.
El matrimonio anunció que tienen preparado algunas sorpresas para la navidad de este 2016. Sin duda nos sorprenderán con todo su ingenio y creatividad. Ahora solo nos queda agradecer y, esperar este fin de año, donde tendremos nuevamente, toda la belleza de la casa navideña de Llay Llay.
Marianela Quevedo