La señora Morales busca arrendar otro espacio más amplio donde vivir para evitar causar malestar entre sus vecinos.

La señora Morales busca arrendar otro espacio más amplio donde vivir para evitar causar malestar entre sus vecinos.

Carmen Morales afirma que su alcantarillado funciona con normalidad aunque reconoció que la cantidad de perros que posee molesta a los vecinos y asumió que debe buscar una alternativa a esa temática.

Carmen Morales tiene 72 años y vive en calle Joaquín Oliva desde 1964, precisamente en la propiedad que la semana recién pasada fue amenazada por parte de la autoridad sanitaria, con ser desalojada si es que no se resolvían diversos temas sanitarios que afectan a la vivienda y que según los vecinos del sector se derivan producto de la gran cantidad de perros que tiene su propietaria.
La señora Carmen asegura que quiere hacer frente a las acusaciones que hay en contra de ella y de sus perros, pues asegura que los malos olores y focos infecciosos no se deben a sus cachorros ni a la ausencia de alcantarillado, sino a la presencia de palomas en la propiedad.
Con hablar pausado pero enérgico, Morales se rehúsa a las fotografías acusando timidez y vergüenza, dice que prefiere que no reconozcan su rostro ante la problemática que enfrenta. “Trabajé muchos años en el hospital, mucha gente me conoce y sé que este es un tema complejo”, reveló.
Aunque en algún momento se habló de alguna complicación mental de la dueña de la casa puesta en jaque, Morales se expresa con total lucidez y señala cierta molestia al responder desde donde nace el problema que la afecta, pues dice que sus vecinos pudieron haber hablado directamente con ella antes de acudir a otra instancia.
“Yo le pido por favor que usted pase por ahí, no es olor a perros el que hay en mi casa, es olor a gallinero producto de la presencia de las palomas. Yo me tuve que acercar a hablar con una persona del frente y yo le dije si acaso ella me iba a dar plata para poder sacar las palomas”, se encoge de hombros haciendo ver que no hubo respuesta a aquella solicitud.
Morales reconoce que trabajadores municipales intentaron realizar una especie de fumigación para erradicar a estas aves, pero admite que eso no fue suficiente y que las palomas volvieron a anidarse en su techo, sin contar actualmente con los recursos necesarios para poder sacarlas de forma definitiva.
“Si yo tuviera 500 ó 600 mil pesos ya habría sacado las palomas de mi casa, no hubiera esperado pasar por esta situación… de todas formas no es solamente en mi casa, se anidan donde hay más espacio, pero yo he visto también en otros lugares de la población”, declaró.
Referente a la molestia que provoca en el vecindario la gran cantidad de perros que posee, la señora Carmen, reconoce que son muchos perros -no admite que sean 30-, y que éstos los fue recogiendo para que no mueran en la calle, argumentando que “no tengo ningún perro grande, son todos chiquititos, no están en mal estado de salud, yo entiendo el malestar de los vecinos por los ladridos desde ahí nace la molestia, pero me cuesta aceptar tanta animosidad (sic) conmigo”, expresó.
Carmen asegura que la casa le pertenece a ella y sus tres hermanos, sin embargo actualmente vive prácticamente sola en el hogar pues su hijo en algunas ocasiones se queda a dormir, así como también hay oportunidades en que sólo llega a la casa de entrada y salida.
Es por esto que le interesa poder poner un atajo a la molestia que está causando y no descarta la posibilidad de abandonar el sector en busca de un lugar más tranquilo donde pueda vivir con sus perros. “A mí me gustaría hablar con el señor Méndez porque parece que él no está bien informado, el jueves cuando fueron de la autoridad sanitaria no estaba ni yo ni mi hijo, tengo que trabajar para darle comida a mis perros… yo reconozco que me excedí teniendo tantos perros así que quiero ver una opción de arrendar un terrenito y llevarme mis animales para que se acabe el problema y no molestar a nadie más”, anunció.
Así mismo, Morales dijo que si no logra encontrar otro espacio donde vivir junto a sus animales, está dispuesta a continuar con el proceso de esterilización de sus mascotas, para que de esta forma le resulte más fácil regalar las hembras y poco a poco ir reduciendo el número de la manada.

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Carmen Morales afirma que su alcantarillado funciona con normalidad aunque reconoció que la cantidad de perros que posee molesta a los vecinos y asumió que debe buscar una alternativa a esa temática. Carmen Morales tiene 72 años y vive en calle Joaquín Oliva desde 1964, precisamente en la propiedad que la...