• Debió intervenir la Unidad de Seguridad Química de la Seremi de Salud Aconcagua: Junto con levantar el respectivo sumario sanitario en contra de la compañía, la autoridad afirmó que la fuga de este gas no fue suficientemente grande como para afectar la salud de los vecinos de las poblaciones aledañas.

El incendio estructural que durante horas de la madrugada de ayer miércoles, afectó a la Empresa Exser, suscitó la atención de Bomberos de distintas compañías de San Felipe, no sólo por el poder de destrucción que pudieran tener sus llamas, sino que también, porque el siniestro provocó una alerta química debido a la emanación de gas amoniaco, el cual es utilizado para la refrigeración de las bodegas afectadas por el fuego.
Así lo informó Mario Méndez, jefe de la Oficina Aconcagua de la Seremi de Salud, quien aseguró que, una vez confirmado el escape de este gas, su repartición debió intervenir a través de la unidad de seguridad química, a propósito del riesgo para la salud que pudiera generar en las personas que se encargaron de combatir el fuego (Bomberos y Carabineros), así como también, de los vecinos de las poblaciones aledañas a esta empresa.
“Lo cierto es que la fuga de amoniaco, fue en una pequeña cantidad, se tomaron todas las medidas y, por otro lado, nosotros ahora iniciamos la investigación en torno a las consecuencias y el posible impacto que pudiera tener hacia la salud de las personas”, especificó Méndez.
De acuerdo a lo que afirmó el facultativo, fueron alrededor de 60 kilos de amoniaco los que se liberaron a la atmósfera, cantidad insuficiente para provocar algún tipo de secuela en la población circundante, hecho que, de todas formas, tendrá que ser ratificado por la investigación que está en desarrollo y a partir del sumario sanitario levantado por el organismo sanitario
Respecto de cuánto es el margen de tiempo, en que los vecinos de ese radio urbano pudieron haber presentado sintomatología relacionada con la inhalación de este gas, Méndez aseveró que la afección es prácticamente inmediata y que, por el momento, sólo algunos funcionarios que estuvieron trabajando en la contención del incendio se vieron afectados por el gas, mientras que, el resto de la población -hasta el mediodía de ayer- no había requerido atención derivada del siniestro.
“El evento es inmediato y la verdad es que hoy (ayer) ya ese gas se volatilizó, se combustionó y ya no está afectando, no queda en el ambiente, sino que en este caso debió producirse en el mismo momento en el que estaba ocurriendo el evento, pudiera haber significado un problema mayor, pero afortunadamente se tomaron las medidas pertinentes por Bomberos y el estanque acumulador principal fue abordado y enfriado con agua”, detalló el galeno.
Raúl Donoso, fiscalizador del área de seguridad química de la Seremi de Salud, ratificó los dichos de Méndez, asegurando que “el amoniaco es un gas que es rápidamente perceptible por las personas a través del sentido del olfato. Eso es positivo porque eventualmente una persona se va alejar del punto donde pueda provenir el olor”, apuntó el profesional.
Del mismo modo, Donoso confirmó que la cantidad de amoniaco necesaria para provocar alguna afección en las personas debiera ser mayor y, en este caso, al producirse la fuga al interior del galpón donde se estaba desarrollando el incendio, el gas combustionó y la expansión de éste no fue en gran magnitud. ”Nosotros visitamos nuevamente las instalaciones esta mañana (ayer), caminamos por la calle y ya no hay olor a amoniaco, esto ya se dispersó y no es perceptible por el olfato humano”, añadió el especialista químico.
En estas circunstancias, el llamado de la autoridad sanitaria es a la tranquilidad, respecto de un evento que ya pasó, en el cual se actuó de la forma adecuada y donde los niveles de gas emanados, fueron menores como para pensar en consecuencias posteriores generadas a partir de un evento de esta naturaleza.

Mario Méndez, jefe de la Oficina Aconcagua de la Seremi de Salud (a la izquierda), junto a Raúl Donoso, Fiscalizador del área de seguridad química de la misma repartición (a la derecha).

Mario Méndez, jefe de la Oficina Aconcagua de la Seremi de Salud (a la izquierda), junto a Raúl Donoso, Fiscalizador del área de seguridad química de la misma repartición (a la derecha).

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