La semana pasada el deporte chileno se remeció cuando se dio a conocer la información que la atleta sanfelipeña Natalia Ducó, dio positivo en un control antidoping, previo a los juegos Odesur de Cochabamba, en Bolivia.
A medida que avanzan los días y las horas, el duro golpe ha sido asimilado en un país que aún confía en que la mejor atleta de su historia pueda ganar la competencia más importante de su carrera.
Mucho se ha dicho y especulado en relación al tema, pero lo concreto es que a la deportista se le acusa de haber consumido la sustancia GHRP -6, que en la práctica tiene múltiples ‘bondades’ ya que sirve desde un simple resfrío hasta estimular la hormona del crecimiento.
En términos más científicos, se trata de un péptido; es decir está formado por aminoácidos, compuestos orgánicos claves para formar proteínas que mejoran la capacidad muscular de las personas, a lo que se agrega que también sirve como un quemador de grasa, antiinflamatorio, refuerzo de los huesos y antienvejecimiento.
La suministración de este componente se debe hacer de manera diaria y se debe hacer en ayunas, para recién dos horas después de inyectado consumir alimentos.
Si se comprueba que Natalia Ducó utilizó el GHRP-6, arriesga una sanción que parte en los cuatro años de suspensión absoluta, de acuerdo al artículo 10.2.1 del código de la Asociación Mundial Antidopaje (AMA).