Artista renacentista llegó a Chile en 1748:
Una mayúscula sorpresa se llevaron las profesionales de Fundación Buen Pastor, quienes están en estos momentos a cargo del desarrollo de un exhaustivo catastro de las obras del Museo Colonial de Curimón, luego que hicieran un trascendente hallazgo, se trata de una pintura antiquísima que al parecer no estaba registrada en los libros del museo: La Virgen de Guadalupe.
Así lo confirmó a Diario El Trabajo la directora de la Fundación, Leda Chopitea, profesional que remarcó la importancia del hallazgo, «en este caso se trata de una obra con una importante relevancia histórica, hablamos que de las 23 pinturas del autor suizo Joseph Ambrossi, sólo se conocen tres, la obra no estaba en la iglesia, se encontraba en una sala adjunta del museo y no estaba inventariada, oficialmente el tutor legal de esta obra es el Obispado de San Felipe, la idea es que esta obra se quede acá en nuestra comuna, se encuentra en un muy buen estado, ahora pasa al inventario y en ese sentido lo que puedo decir es que no tiene fecha, pero sí está firmada por Joseph Ambrossi», comentó Chopitea.
HALLAZGO HISTÓRICO
Para que nuestros lectores puedan tener una idea más amplia acerca de este hallazgo, podemos comentarles que hablamos del año 1748 con el arribo a Chile del sacerdote jesuita Haymhaussen, procedente de Alemania. Primo del emperador alemán y de la Reina de Portugal, a quien se le concedió el permiso ‘para pasar’ a América acompañado de 40 hermanos coadjutores. Por largo tiempo Haymhaussen estuvo seleccionando los mejores artistas, incluso en talleres públicos y privados, dado que no eran suficientes los hallados en colegios de la compañía. Tenían como misión prestigiar la Orden al tiempo que transmitir conocimientos a los artistas locales.
«Este es un óleo realizado en base a pigmentos naturales, se usó aceite de linaza, no se usó huevo, pues el huevo se ocupa en obras al temple, que no es el caso de esta obra, al hacer de conocimiento público este hallazgo nos mueve el deseo de dar a conocer los avances de nuestra labor en este importante museo chileno, en este caso la importancia de esta obra es que la misma nunca integró exposiciones en ningún lugar del mundo, porque no se conocía de su existencia, de momento esta obra ya fue documentada, inventariada y embalada», agregó Chopitea.
EL GRAN AMBROSSI
Los antecesores jesuitas habían procurado traer consigo a América a ‘profundos teólogos, incansables operarios y buenos estudiantes’. Esta inmigración jesuita fue diferente. Abundó en las artes en sus variadas manifestaciones; destacándose la pintura, escultura, platería e imaginería.
Desde Tirol le acompaña en este viaje Joseph Ambrossi. De clara ascendencia italiana, aunque suizo de nacimiento, su obra es vinculada al Renacimiento. Inaugura junto a otros grandes exponentes el panteón de artistas de la pintura colonial americana, siendo éste uno de sus destacados atributos.
Sugieren algunos estudiosos que esta obra pudo haber sido dejada en custodia con posterioridad a 1767, corriendo similar suerte que la escultura de San Sebastián de Bitirich, hallada en una cueva cercana y expuesta hoy día en la Iglesia de Los Andes.
Roberto González Short