Rosa Cortés Galaz murió ayer en el San Camilo. Séptima víctima de un caso que ha brillado por su hermetismo.Rosa Cortés Galaz murió ayer en el San Camilo. Séptima víctima de un caso que ha brillado por su hermetismo.

Ayer murió mujer que estaba internada en el San Camilo:

Ayer en el Hospital San Camilo de San Felipe falleció Rosa de los Santos Cortés Galaz, mujer que resultó con profundas quemaduras en el ‘oscuro’ incendio del Hogar Protegido del Hospital Psiquiátrico de Putaendo ubicado en calle Carlos Condell, hecho ocurrido el día jueves 29 de julio, pasadas las 21:00 horas, donde fallecieron 6 personas. Ahora con la muerte de Rosa, el número se eleva a siete fallecidos.

La información fue confirmada y entregada por su sobrina Marcela Verdugo Cortés: «Ella estaba en la Posta Central donde se encontraba bien, de ahí la volvieron a mandar al hospital San Camilo, acá en San Felipe; luego la enviaron al Hospital de Llay Llay y de ahí la volvieron a trasladar acá al San Camilo, donde hoy día (ayer) en la mañana acaba de fallecer».

¿Producto de las quemaduras?

– Producto de eso y de otras patologías que le encontraron. Ella tenía problemas renales no tratados.

Una noticia lamentable para ustedes como familia.

– Por supuesto que sí, yo estoy acá en el hospital desde anoche, me quedé toda la madrugada, felizmente estaba acá cuando el médico me dio la noticia y pude acompañarla todo el rato que ella estuvo ahí, hasta que llegamos acá a la morgue y ahora estoy esperando que vengan a buscarla para trasladarla a Santiago. Nosotros estamos mal como familia, porque sentimos que esto fue negligencia completamente del hospital, del hogar, de todos. Si usted me pregunta hoy día la única persona que a nosotros nos ha dado la cara, nos ha entrevistado y hemos podido hablar con él, generar el vínculo que nosotros necesitábamos, es don Julio Olivares, él es el único que nos ha dado la cara… hasta el momento. El director del hospital, nada; el señor Palavecino, nada; las enfermeras, nada, nadie nos ha dado la cara, no nos han llamado siquiera para darnos el pésame, nadie nos ha llamado para nada, nada, nada, nada.

¿O sea siguen con esta molestia que representaron la otra vez, donde decían que había cierto grado de abandono por parte de las autoridades de salud?

– Por supuesto que sí, completamente abandonadas porque nosotros nos enteramos de todos los cambios que se hicieron en los hospitales, por las enfermeras. A nosotros nunca nos llamó nadie del hospital. La gente responsable del hogar de ella jamás nos llamó, hasta el día de hoy. Desde el día uno que fue el incendio, ni siquiera nos avisaron del… incendio, nos enteramos por televisión, todo, todo, todo nos hemos enterado por terceras personas, nunca hemos tenido una llegada con ninguno de ellos, con ninguno.

¿Eso se mantiene hasta el día de hoy?

– Hasta el día de hoy. La única persona que hoy día se acercó a darme el pésame, a… no sé…

¿A solidarizar con usted?

– Exactamente, fue el señor Julio Olivares, nadie más… nadie, ni las TENS, ni este señor… Palavecino, ni el director del hospital, nadie, nadie, nadie.

Aclara que Julio Olivares es el asistente social del Hospital Psiquiátrico de Putaendo: «Ha sido la única persona que se acercó y ha mantenido un contacto con nosotros, nadie más», dijo.

Señora Marcela, pasando a otro punto, después de esta noticia trágica que golpea a su familia, ¿cuál es el recuerdo que queda de su tía Rosa?

– Que difícil la pregunta, el recuerdo que queda de ella… Es que lo único que queríamos nosotros que ella pudiera salir del hospital, que fuera por un tiempecito más feliz con todos nosotros. Nunca la dejamos abandonada, siempre estuvo con nosotros, la hicimos feliz lo más que pudimos, pero ahora necesitábamos que estuviera un tiempo más, pero no fue así. La pudimos ver con vida, hablar con ella. Nos reconoció que era el temor que teníamos, que no nos conociera, en el hospital de Llay Llay le dimos comidita, pero ella no era la misma tía que nosotros conocíamos hace más de dos años. Porque por la pandemia solamente hablamos por teléfono con ella, no pudimos seguir visitándola, y el recuerdo más lindo que nos queda de ella es su sonrisa, el poder cada vez que veníamos a verla, me decía: «Hola sobrina, yo la quiero mucho». No sé, su carita, sus ojos igual a los de mi madre, no sé, son tantas cosas. Quisiera decir tantas cosas, gritar a los cuatro vientos tantas cosas, pero en este minuto estamos mal, mal. Yo estuve toda la madrugada sola, llegó ahora mi hermana a acompañarme como la que siempre me acompaña y está conmigo a mi lado ahora de nuevo, pero no nos explicamos nada de lo que pasó. Porque mi tía debería estar viva, no tendría por qué estar muerta.

Al finalizar dijo que el cuerpo de su tía Rosa iba a ser trasladado a Santiago a la vivienda de su madre donde sus restos van a ser velados.

Lo otro que pide públicamente la cooperación o ayuda de algún abogado que las pueda asesorar para ver si corresponde alguna acción legal en este oscuro caso que se ha envuelto en un total hermetismo por parte de las diferentes instituciones involucradas en su investigación, donde claramente existen responsabilidades que no han sido asumidas por las instituciones del Estado ni por particulares involucrados.

Cabe recordar que hasta el momento solamente se han entregado tres cuerpos de los seis fallecidos, los cuales se ha logrado identificar.

Rosa Cortés Galaz murió ayer en el San Camilo. Séptima víctima de un caso que ha brillado por su hermetismo.
Rosa Cortés Galaz murió ayer en el San Camilo. Séptima víctima de un caso que ha brillado por su hermetismo.
De izquierda a derecha Marcela y Olga Verdugo Cortés, sobrinas de doña Rosa que murió ayer en el Hospital San Camilo.
De izquierda a derecha Marcela y Olga Verdugo Cortés, sobrinas de doña Rosa que murió ayer en el Hospital San Camilo.