Nació un día miércoles. El 20 de mayo de 1936. Se crió en las calles del San Felipe del ayer y desde muy chico aprendió a no temerle a una pelota en cuanta pichanga de barrio le fuera posible participar con sus amigos de infancia. Es el mayor de nueve hermanos y quien se convertiría, al nacer el Club Deportivo Unión San Felipe (Uní Uní), en su primer arquero oficial.
A SOLAS CON LA LEYENDA
Hoy en Diario El Trabajo queremos compartir una reseña histórica de uno de los íconos deportivos más aclamados en sus tiempos dentro del fútbol de nuestra provincia, hablamos del legendario Abelardo ‘Sapirón’ Muñoz Valenzuela, quien hoy a sus 77 años, comparte con nosotros algunas de sus vivencias.
– ¿Es verdad que usted lleva el fútbol en la sangre?
– «El fútbol recorrerá todas las venas de mi cuerpo hasta el día de mi muerte. Claro que llevo el fútbol en mi sangre, desde muy chico ya me pasaba las tardes en las pichangas en la Escuela 1, en donde saqué mi educación básica, ya cuando joven me fui especializando en detener toda clase de balones en el arco».
– ¿Cómo fue su desarrollo deportivo y profesional?
– «Como profesional, me inicié en el Club Real Echeverría, luego jugué mis buenas temporadas en el Uní, desde octubre de 1956, ahí fueron mis años dorados hasta 1964, luego de eso me incorporé al Club Deportivo Arturo Pratt y en los años posteriores también milité para la Filial Colo Colo Amateur, con el que fuimos campeones en 1972».
– ¿Encontraste el amor en la vida?
– «Claro que el Amor tenía que llegar a mi vida, me casé con Yolanda Tobar el domingo 10 de enero de 1965 en la antigua capilla de La Merced, con esa bella mujer tuve tres preciosos hijos que hasta nietos ya nos han dado para bendición de todos».
– ¿Cuánto ganabas en esos años como portero del Uní?
– «No era del todo mal el salario que recibíamos en aquellos años, yo llegué a ganar 50.000 pesos al mes en mis mejores momentos, fue con ese salario y más el que gané durante 25 años en la Sala de Máquinas de la empresa David Del Curto, que logré sacar adelante a nuestra familia».
«NO ME ARREPIENTO»
Diario El Trabajo habló también con la esposa del ‘Sapirón’ Muñoz, quien aseguró a nuestro medio que «él ha sido un buen marido, cariñoso y muy responsable para con todos en casa, no me arrepiento en absoluto el haberme casado con Abelardo, porque a su lado todos hemos sido felices», comentó Yolanda Tobar.
Siempre con la mirada puesta en el digno rescate de nuestros valores humanos de nuestro Valle de Aconcagua, hoy en Diario El Trabajo compartimos esta reseña periodística con nuestros lectores para que, si ven al ‘Sapirón’ Muñoz comprando sus verduritas de la semana en la feria, no olviden saludar al hombre que por varios años defendió la camiseta de nuestro club deportivo Unión San Felipe.
Roberto González Short
rgonzalez@eltrabajo.cl