Una terrible tragedia enlutó a un matrimonio chileno-colombiano, luego de la irreparable pérdida de la vida del pequeño Tomás Alonso, de un año y nueve meses, quien por un descuido de su madre cayó directamente sobre la piscina particular que produjo que el lactante se asfixiara tras permanecer al menos diez minutos bajo el agua.
Tal como lo informáramos en la edición de ayer miércoles de Diario El Trabajo, el lamentable episodio ocurrió pasadas las 18:30 horas del martes, en los momentos que Tomás se encontraba al interior de su domicilio, ubicado en Calle Escuela Agrícola 1179 al cuidado de su madre, de nacionalidad colombiana, quien habría recibido una llamada telefónica, desatendiendo al menor por un lapso de tiempo.
Tras estas circunstancias, fue precisamente cuando la progenitora al concluir el llamado, comenzó la búsqueda del lactante, dirigiéndose hasta el patio en donde observó la macabra escena, su pequeño hijo sumergido sobre la piscina, en donde momentos previos la empresa a cargo del aseo y mantenimiento de ésta, realizó sus labores contratadas sin percatarse por la propia dueña de casa, que la reja de cierre perimetral de esta piscina se encontraba abierta.
DEMASIADO TARDE
La mujer, atónita con lo sucedido, se abalanzó sobre el pequeño para sacarlo del agua y practicarle mecanismos de reanimación, sin obtener respuesta, por lo que requirió el auxilio de su esposo y familiares para trasladar a Tomás hasta el Hospital San Camilo, ubicado a tan sólo metros de la vivienda.
Tomás ingresó hasta ese centro asistencial sin signos vitales, el equipo médico reaccionó iniciando una intubación y masajes para reanimar el cuerpo del lactante, aplicando además la inyección de drogas necesarias para este tipo de emergencias. Sin embargo al cabo de 30 minutos las labores de los profesionales de la salud fueron infructuosas, cuando se constató que el menor presentaba agua dentro de sus pequeños pulmones que provocaron la asfixia por inmersión.
La noticia caló hondamente en los corazones de quienes conforman la Familia Vidal Ortiz, propietarios del salón de juegos electrónicos ‘La Habana’, cuando los médicos confirmaron la escalofriante muerte del menor.
Las primeras diligencias policiales estuvieron a cargo de los peritos de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de Los Andes, para el esclarecimiento de los hechos, recogiendo las declaraciones de la madre del menor, quien estaba bajo su cuidado y las inspecciones en terrero dentro del domicilio.
HABLA GINO GUTIÉRREZ
El Jefe de la Brigada de Homicidios de Los Andes, Comisario Gino Gutiérrez, confirmó a Diario El Trabajo que el marco de las primeras diligencias policiales el menor falleció de una asfixia por inmersión, dada a las características de los hechos las que deberá ser ratificada tras la autopsia de rigor.
“Dentro de las declaraciones de la madre del menor, refiera haber perdido de vista al niño por un espacio de aproximadamente diez minutos, en el intertanto cuando lo echa de menos sale al patio y lo ve sumergido en la piscina”.
– ¿Cuál es la causal de muerte?
– “El menor habría fallecido de una asfixia por inmersión, están todos los parámetros que así lo indican”.
– ¿Cómo habrían sucedido los hechos?
– “Según se pudo conocer, la madre habría gestionado una llamada telefónica, la piscina tiene un cierre perimetral que estaba abierta y en el curso de esa tarde una empresa encargada de aseo y mantención de piscinas se encontraba previamente realizando trabajos, y al retirarse la madre, presumió que había quedado todo cerrado. La madre tomó al menor y le realiza maniobras de reanimación para luego ser trasladado hasta el Hospital San Camilo, donde le vuelven a realizar maniobras de reanimación infructuosas”, concluyó el oficial policial.
En tanto, el cuerpo del pequeño Tomás Alonso fue entregado en horas de la tarde de ayer miércoles desde el Servicio Médico Legal de San Felipe a sus padres y familiares, quienes hoy junto con una comunidad estremecida por su terrible deceso, llora la partida de este pequeño angelito.
Por Pablo Salinas Saldías