Ricardo Méndez Ampuero, muy agradecido de la atención recibida en el Hospital San Camilo.Ricardo Méndez Ampuero, muy agradecido de la atención recibida en el Hospital San Camilo.

Comerciante asegura que «me salvaron la vida»:

Ricardo Méndez Ampuero es un comerciante ambulante que se instala todos los días en calle Traslaviña. Vende calendarios, paños de cocina, mascarillas, para poder llevar sustento a la casa. Pero días antes de navidad se sintió mal, con fuertes dolores al pecho que lo llevaron al Hospital San Camilo, donde fue muy bien atendido y quiso agradecer públicamente porque reconoce que le salvaron la vida.

Fue por lo anterior que Ricardo Méndez nos detuvo en la calle para pedirnos «una notita en el diario para agradecer públicamente la excelente atención en el Hospital San Camilo». De inmediato accedimos a su petición y acá le contamos nuestra conversación.

Don Ricardo tuvo un problema de salud y quiere agradecer el buen trato recibido en el Hospital San Camilo de San Felipe. Cuéntenos de eso.

– Resulta que yo estuve con dolor de pecho y me fui al hospital (San Camilo) y me atendieron muy bien, yo creo que me salvaron la vida porque estaba mal yo, me dolía mucho el pecho, tres días que me dolía el pecho y me atendieron bien las señoritas, los médicos, todas las funcionarias en general. En medicina de hombre me atendieron súper bien las niñas, las señoritas, son niñas… señoritas de 18-19, 22 años. Todas igual, con una dedicación por el paciente que no tiene límite, porque  a veces uno tiene una vocación y ahí no más se queda, pero ellas más que una vocación es dos o tres peldaños más arriba de la vocación que tienen. A una señorita que no me acuerdo como se llama, que me dijo el nombre, que es de La Troya, súper bien, una niña no más como 18 años… 20 años tendrá, una niña chica, me atendió súper bien, profesional… todos profesionales, los médicos, todas las enfermeras en general, una dedicación. Uno los llamaba y venían al tiro ¡señorita!, ¡enfermera! venían corriendo al tiro para los dormitorios, ya sea de hombres o mujeres, porque yo estaba en los de hombres por supuesto, y yo llamé varias veces porque el caballero se iba a caer al lado y venían corriendo porque se estaba tirando para abajo el caballero, quería bajarse y venían corriendo al tiro y a uno también los llamaba, ¿me puedo bañar?, ya bájese, vaya con cuidado a bañarse.

¿Buen trato?

– Buen trato, hay agua caliente, helada, todo eso. Yo estoy muy agradecido del hospital, muy… muy agradecido y de las enfermeras en general, las paramédicos, doctores, todo, todos, hasta la señora que barre es simpática, la que hace el aseo en el baño es simpática ahí.

¿Es contradictorio con lo que mucha gente dice?

– Habla, claro que hay que estar hospitalizado para hablar bien, hay que ver la cuestión como es, no criticar por criticar.

¿O sea estuvo buena la atención que recibió?

– Sí, yo vi la atención a otros pacientes y la pasión y la atención a mi persona, entonces, pucha yo iba enfermo, pero no soy tonto, no estaba enfermo de la cabeza, entonces yo me daba cuenta de esos detalles. Son detalles chicos y grandes a la misma vez, porque se dedican mucho tiempo al paciente, o sea como dije anteriormente, la vocación más allá… ellos la utilizan más allá de la vocación que tienen, por ejemplo un 10 ellos hacen un 12, un 14 hacen, no hacen el diez no más.

¿Todo en general?

– Todo en general, y limpio, todo limpio, sábanas limpias, te las cambian todos los días, a los caballeros más viejitos los mudan, limpian todo y son niñas, todo muy bien, me salvaron la vida, a cada rato me preguntaban cómo estaba.

¿Cuándo fue esto?

– Fue unos días antes de la pascua.

¿Pasó la pascua en el hospital?

– Sí, pasé la pascua.

En la parte médica ¿qué le hicieron?

– Me pusieron como un colador que le ponen adentro a uno en el corazón, para que no se tapen las arterias. Porque yo iba con las arterias tapadas, por eso me cansaba.

Reiterar los agradecimientos

– Yo reitero los agradecimientos, muy agradecido de todos y especialmente a la señorita de La Troya, porque ella me buscaba las venas para ponerme la cuestión que me inyectaban.

Ricardo Méndez Ampuero, muy agradecido de la atención recibida en el Hospital San Camilo.
Ricardo Méndez Ampuero, muy agradecido de la atención recibida en el Hospital San Camilo.