Juan Carlos Herrera, atacado en julio de este año:
Limpiando parabrisas en la ‘Esquina Colorada’ encontramos a Juan Carlos Herrera, quien a fines de julio del presente año fue apuñalado junto a su hijo por otro sujeto cuando estaban en el ‘Hogar Génesis’ en el sector Las Coimas, Putaendo.
El hecho causó gran conmoción porque eran dos personas apuñaladas y una de ellas, en este caso Juan Carlos, con riesgo vital porque una de las heridas afectó su vena aorta. Incluso su hijo en su momento se preguntaba por las graves consecuencias con las que podría quedar en el caso que se recuperara.
Pues bien, como decimos en Chile, se salvó y está ganándose la vida en la Esquina Colorada. Nos pusimos a conversar y al preguntarle por el hecho en sí, nos relató:
«Resulta que estaba en el Hogar Génesis que está en Las Coimas, y un día llegó un individuo que fueron a dejarlo, venía del sanatorio de Putaendo, lo recibí con mucho cariño, le busqué su cama, ropa, todo y después lo llevaba a almorzar. Total que el hombre pasaba sentado en su cama, no hacía nada, no salía al patio. Y cierto día después de dos días que pasaron… pasó que este hombre, como a las dos de la mañana me ataca con un cuchillo de más menos 30 centímetros, y me provoca las herida correspondientes que fueron en el estómago de 39 puntos, más el corte en la aorta, ese fue el más complicado por lo que me cuentan mientras estaba consciente tratando de taparme el corte de la aorta, porque ese me sangraba demasiado… a las finales después no supe nada, no tuve idea para donde fui».
ENCUENTRO CON LA DOCTORA QUE LO ATENDIÓ
Sigue su relato contando que este lunes se encontró con la doctora que lo recibió en el hospital. «Estuve conversando y me dijo que tuvieron que luchar, luchar, luchar para poder sobrevivir, porque tuvieron que sacarme de la UTI, hacerme curaciones, limpieza, que una cosa, otra; o sea, yo no entiendo mucho, pero lo que sí desperté y dije yo: ‘Oh, aquí estoy’, nada contento y ahora esperar las resoluciones que tome el hospital, porque este individuo lo fueron a dejar, a botarlo más bien dicho. Este individuo ya había tenido problemas con su familia, entonces fueron, lo dejaron en la puerta, se abrió la puerta, entró y yo lo recibí más encima», señala.
– ¿Por qué crees tú que te atacó?
– No sé, no sé por qué. Es que, como te dijera yo, era una persona que no estaba en su sano juicio porque era otra persona, más encima lo recibí, lo atendía, lo llevaba a comer todas las cosas y en el momento… A lo mejor fue por eso que me atacó, porque nadie más conversaba con él, entonces no sé qué pasó por la mente de él que me atacó así.
– ¿Quedaste con secuelas o no?
– Mire, secuelas tengo muy pocas. Me dijo la doctora, estuve conversando, que me habían quedado tres coágulos de sangre en el cerebro, pero gracias a Dios no me afecta en nada, no me afecta en nada y lo otro que fue también en la parte del ojo me quedó un nube nomás, pero veo bien y nada más, eso es lo que resultó con este ataque.
– Juan Carlos, como decimos en buen chileno, no la cuentas dos veces.
– No, ni tres tampoco (…) Me salvé, pero claro, fue la intervención de la doctora que en el momento que yo llego al Hospital (San Camilo), viene saliendo ella de pabellón y me atendió pero al tiro, al tiro me atendió.
– ¿No te acuerdas del apellido?
– No me acuerdo, pero sí ella está pasando todos los días, viene de Putaendo, no sé de qué parte porque yo siempre la topo aquí al lado (Tres Esquinas viniendo de Putaendo), entonces voy a preguntarle su apellido, no sé después darle los agradecimientos.
– Eso mismo, ¿a quién agradecer Juan Carlos?
– Empezando al Señor y la doctora que me atendió al tiro, pero al tiro, no vaciló, me vio cómo iba y me atendió, pero al tiro. Y nada, feliz, feliz, esa es la idea.
– ¿Te emocionas?
– Sí, porque el Señor en momentos complicados… y ahora estoy yendo a la Iglesia, bueno siempre he ido, cuando estaba en el Hogar, porque allá también se habla la palabra del Señor. Pero ahora estoy volviendo, retomando. Pero feliz, feliz.