Yesenia, madre de la víctima de 16 años, y Gerardo, su actual pareja.

Yesenia, madre de la víctima de 16 años, y Gerardo, su actual pareja.

  • Supervisor habría intentado besar a la fuerza a menor de 16 años

Por haber interpuesto una denuncia de abuso sexual que habría sufrido su hija, una mujer habría sido despedida de su trabajo como supervisora en un fundo ubicado en Panquehue. Junto con el despido, su pareja, una vez hecha la denuncia, habría comenzado a sufrir una persecución laboral por parte de sus superiores, a quienes identifica como Carlos S. y Juan C., subadministrador y administrador del predio.

La mujer que se identifica como Yesenia Varas Manzano, cuenta que esto se produjo luego que denunciara a un supervisor que habría intentado abusar de su hija de 16 años.

El intento de abuso sexual habría consistido en que un supervisor tomó a su hija de los brazos e intentó besarla a la fuerza, pero en vez de recibir su hija el apoyo como víctima, la despidieron de su trabajo como supervisora por orden del administrador del predio, según cuenta.

“A mí me echaron del trabajo por orden de Juan C. sin escucharme las razones del porqué yo encaré al tipo, porque se suponía que este supervisor de nombre Jorge A., le dijo a Juan que yo no servía para cumplir las labores de supervisora del predio, y resulta que ese detalle lo vio transcurrido un mes y medio, algo que para mí es extraño”, señala Yesenia.

El hecho sucedió a fines del mes de junio, hizo la denuncia contra Jorge A. en la PDI y los antecedentes pasaron a disposición del Ministerio Público.

“Alrededor del medio día mandé a mi hija a buscar un chaleco que se me había quedado en el otro extremo de las hileras, estábamos cosechando mandarinas, y este tipo sigue a mi hija, y toma él primero mi chaleco y le dice a mi hija que se quede con él y la pescó de los brazos e intentó besarla diciéndole que lo tenía excitado, eso fue lo que le pasó a mi hija”, señala la madre.

El denunciado tiene alrededor de 50 años, y la situación se habría producido a eso de las cinco de la tarde.

Al momento que el agresor trata de besar a la niña, ésta se suelta y huye. Al día siguiente decide contarle a una compañera lo sucedido con Jorge A. Pasados tres días la víctima decide contarle a su madre e incluso cuando pasó el problema, la menor trabajó dos días más y de ahí no regresó a laborar.

“Ese día no fuimos a trabajar porque llovió y un día lunes encaro y le digo a este tipo: ‘Oye qué te pasó con mi hija -le dije-, intentaste besarla a la fuerza’, le dije que no era así, que era penado por la ley porque mi hija era menor de edad. Me dijo que no, que yo andaba hablando puras tonteras, al otro día este tipo Jorge A. va a hablar con don Juan Córdova para decirle que yo no servía como supervisora para el predio… después de un mes y medio de trabajo, porque yo supervisaba la cuadrilla que andaba trayendo de Llay-Llay”, cuenta la madre.

La mujer alcanzó a trabajar un mes y medio, en ese tiempo nunca tuvo una observación.

Por su parte Gerardo Bustamente, operario de riego y pareja de Yesenia Varas, cuenta que después del despido de su pareja él estaba realizando sus labores normales, llega el subadministrador Carlos S., amenazándome que me iban a parar, me iban a echar sin ningún motivo, sino por lo que había pasado con la hija de la Yesenia.

“Un día el administrador don Juan C. me llama a la oficina, y me dice que me tome tres días libres, para conversar con mi pareja y convencerla que levantara la demanda. Yo me fui para la casa y después me fui a la Inspección del Trabajo a poner una constancia porque me estaban presionando mucho, era cosa de todos los días, dejé la constancia para que me dejaran trabajar tranquilo, siguieron molestándome”, cuenta Gerardo.

Lo mandaban a hacer trabajos solo. “Un día me mandaron a hacer una excavación y frente mío habían tres personas sanas, yo sufro de displasia de cadera y habían tres personas haciendo la excavación, y a mí me tenían solo todo el día, no se acercaban a conversar, es decir me asilaban; para amenazarme solamente se acercaban”, señala Gerardo.

Dice que antes de la denuncia el clima laboral era bueno, nunca lo habían amenazado, solo después de la denuncia comenzaron los problemas.

A consecuencia de todas estas situaciones vividas comenzó a padecer una depresión que está siendo tratada por un profesional.

Tiene un cuadro depresivo severo y actualmente está con licencia.

Lo hacen público para que se haga justicia con ellos, quejándose que pese a la denuncia, el denunciado sigue trabajando y cerca de mujeres.

Cuentan que como familia están mal porque Gerardo es el único sustento económico que tienen.

 

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Supervisor habría intentado besar a la fuerza a menor de 16 años Por haber interpuesto una denuncia de abuso sexual que habría sufrido su hija, una mujer habría sido despedida de su trabajo como supervisora en un fundo ubicado en Panquehue. Junto con el despido, su pareja, una vez hecha...