En tan sólo dos meses enfermedad le quitó la vida:
Fulminante es la palabra. Así fue el cáncer que le quitó la vida a uno de los bateristas consagrados más querido del Valle de Aconcagua la mañana de este sábado, enfermedad que en tan sólo dos meses le ocasionó lesiones internas compatibles con la vida a don Julio Aranda Chávez, de 69 años de edad, vecino de calle Sargento Aldea Nº666.
«NOS SACÓ ADELANTE»
Diario El Trabajo habló con la esposa y ahora viuda de Aranda, Ximena Cruz Rivera, quien amablemente nos atendió en su casa de habitación, mismo lugar donde se efectuó el velatorio este sábado y el Responso el domingo, «mi esposo fue por muchos años el baterista estelar del Grupo Los Celos, también se destacó en El Negro Bueno en Rinconada de Silva, la música era su pasión toda su vida. Él nos sacó a toda su familia con su trabajo de baterista, creo que fue quizás el mejor baterista del Valle de Aconcagua, porque era muy bueno en lo que hacía, y en los últimos tiempos él se había incorporado al grupo The Strikers de ‘Pepe’ Plaza, ya que lo habían invitado a unirse a ellos, pues mi esposo ya se había retirado de los grupos musicales, aún así volvió a lo suyo con estos músicos tan conocidos», comentó doña Ximena.
‘Julín’, como lo llamaban sus amigos, tiene dos hijas: Danitza y Dayra, quienes le dieron dos regalones nietos, Samyr e Isaac.
– ¿Cómo describirías a tu esposo en su calidad humana?
– Como papá espectacular, como abuelo igual, como esposo un hombre maravilloso y muy querido, muy querido por mucha gente él era el mayor de ocho hermanos, y nos deja un legado maravilloso, puedo decir que es el mejor baterista de San Felipe, el mejor. Me lo dijeron muchas veces y como un legado el ser un padre maravilloso.
– ¿Algún mensaje de agradecimiento?
– Hoy me faltarían palabras para agradecer a mucha gente, mucha gente y su apoyo a la familia, mis hijos y lo único y especialmente quiero dar las gracias a la familia Strikers, a los músicos maravilloso a ‘Pepe’ Plaza, Carlitos Sotomayor, Pedro Iturrieta, Pedro Carreño, y en especial lo digo de corazón a la Familia Montenegro Aranda, que es mi cuñada y mi cuñado que nunca me abandonaron.
JULIO EL MÚSICO
Nuestro medio también habló con el director musical y compañero de banda de don Julio, José Plaza Álvarez, quien también alabó el talento y virtudes del baterista.
«Resulta que Julio Aranda fue invitado por mí al grupo, en agosto de 2018, a partir de ese momento, al instante en que probó tocar la batería con el grupo, la verdad es que se entusiasmó, porque ya llevaba varios periodos sin tocar. Había decidido dejar de tocar porque tocó muchísimos años con el Grupo Celos en un restaurant conocido de la zona. La cosa es que él volvió a la música porque iba a ensayar solamente una vez a la semana. No tenía que estar ensayando para llegar el fin de semana y tocar el viernes, tocar el sábado, tocar el domingo, etcétera, etc. Sólo ensayábamos nada más que para ir conformando un repertorio lo más adecuado posible en la onda de los 60, 70 y 80, porque así lo habíamos decidido y así lo habíamos conversado (…) La cosa es que nosotros descubrimos en Julio una persona muy amable, muy sencilla pero muy sencilla, un tipo muy calmado, pero un excelente baterista, y aparte de que era una persona segura, un tipo que te daba muchas ganas de tocar junto a él, y le dio un plus importante al grupo, afortunadamente en el transcurso del poquito tiempo que estuvo con nosotros, pudimos sacar adelante varios compromisos, especialmente el que tuvimos en 2019 con el Festival Palmenia Pizarro acá en el San Felipe, ya también en a principios de 2020 tuvimos participación en el bulevar San Felipe y tuvimos también una participación en la Chaya de San Esteban, porque esa Chaya comienza muy tarde en el verano y nosotros fuimos los que le dimos inicio a ese evento en la comuna de San Esteban», comentó Plaza a Diario El Trabajo.
CÁNCER MALDITO
Según relató Plaza, el cáncer que acabó con su baterista estrella fue tremendamente letal, «lamentablemente en agosto de 2021 yo noté que Julio se sentía incómodo y como yo era el que lo llevaba a los ensayos y al mismo tiempo me lo traía de vuelta a la casa, me di cuenta de que tenía molestias. Él me lo comentó y en el transcurso del tiempo esto se fue acrecentando y ya Julio no siguió los ensayos en forma regular. La cosa es que en un momento fue atendido por un médico especialista y lo internaron en el Hospital San Camilo, en donde se le hicieron todos los exámenes habidos y por haber. Lo que lamentablemente no eran para nada buenos, todo lo contrario los exámenes que le sacaban señalaron que estaba comprometido y desgraciadamente hoy día ya no está con nosotros».
Después del Responso oficiado la tarde de este domingo en su casa, los restos mortales de don Julio fueron trasladados al Crematorio Católico de Santiago.
Roberto González Short