Fructuoso, María y Manuel Rojas, posaron para Diario El Trabajo con los tres chivos encargados de cortejar a las 300 cabritas de la granja. Uno de los hermanos, Moisés Rojas, no se encuentra presente, pero también es parte vital del proyecto.

Roberto González Short – rgonzalez@eltrabajo.cl

¿Se imagina llevar una vida en donde no existen los días feriados, descansos por Navidad ni fiestas dieciochenas durante todo el año? Es la vida de Fructuoso Rojas (Chico Fuy) y sus varios hermanos, quienes dedican su existencia al mantenimiento de la parcela Nº137, la misma mide 11,8 hectáreas y fue recibida en 1973, gracias a la desaparecida Corporación de Reforma Agraria.

Todos los días hay que alimentarlas, ordeñarlas, sacarlas a pasear y asearlas, estas 300 cabritas son el principal atractivo de la granja de los hermanos Rojas en Casas Chicas de Quilpué.

‘Chico Fuy’ y algunos de sus hermanos han trabajado esta propiedad en labores de cría de cabras, abono de las heces de cabra, gallinas, pasto, producción de leche y queso de cabra. Diario El Trabajo habló con ‘Chico Fuy’ en su granja familiar.

– ¿Es muy pesada la vida de un granjero?

– “Es sacrificada. El primero en levantarse y tomar el control del trabajo diario es mi hermano Manuel, él vive aquí a tiempo completo, sin su aporte esta granja no sería lo que es. Entre todos nos encargamos de la alimentación del rebaño, cuidar de ‘Poncho’, el último avestruz que nos queda vivo de tres que teníamos”.

– ¿Qué producen y en qué cantidad?

– “La producción de leche y queso de cabra es relativa en todo el año, a veces producimos unos 40 litros de leche por día y cuando hacemos queso, logramos sacar unos seis kilos diarios”.

– ¿Su granja es turística también?

– “Nuestra parcela cuenta con una colina, desde ahí se puede ver todo San Felipe, a veces nos visitan turistas chilenos y también extranjeros. El turismo rural es lo que se practica en nuestra parcela, pues a los visitantes les encanta tener contacto con animales, contamos además con tres caballos para recorrer todos los senderos”.

Poncho es el último de tres avestruces que queda con vida, él sólo acepta que lo atienda Fructuoso Rojas.

HABLA CON SUS ANIMALES

Manuel Mora, hermano de Fructuoso, explicó a Diario El Trabajo que ellos aman esta clase de vida y que morirán siendo campesinos. Tanto ama su trabajo, que hasta reconoció que él habla con los animales a quien atiende.

“Yo hablo con los animales, les he tomado cariño y hasta me siento comprendido por estas traviesas criaturas; al que no me le acerco es a ‘Poncho’, ese Avestruz es salvaje, sólo con ‘Chico Fuy’ tiene amistad”, detalló Manuel. Por su parte, María Rojas, una de los nueve hermanos, se mostró muy animada con nuestra visita a la granja.

“Estoy muy contenta de poder compartir nuestra forma de vivir con todos los lectores del Diario, es una herencia recibida de nuestros padres y seguiremos adelante, todos los fines de semana nuestros hijos y nietos llegan aquí para inundar de alegría nuestros corazones, eso es una buena vida”, comentó María. Si usted quiere conocer esta granja de Casas Chicas de Quilpué, puede llamar al 9583 3693.

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