En un íntimo y solemne acto de obediencia, viudo, nietos e hijos de la escritora sanfelipeña Azucena Caballero Herrera, esparcieron al mediodía de ayer domingo, sus cenizas al viento que recorre los cerros y parronales de Tierras Blancas, doce días después de su fallecimiento.
«Con cumplir esta su voluntad, esperamos que su alma encuentre el descanso eterno, ella quería que se hiciera así; solicitó que le cremáramos y que sus cenizas se esparcieran en Tierras Blancas; pudo publicar sus libros; despedirse de todos y vivir una vida plena, nosotros también, quienes le amaremos por siempre, encontramos en este acto un poco de paz, pues hicimos lo que pudimos para hacerla feliz y cumplir sus deseos en todo momento», comentó el ahora viudo, Roberto González Short.
Luego de rezar un Padre Nuestro y leer una oración a ella dedicada, su hijo Mauricio; su nieto Andrés y el mismo Roberto, procedieron a lanzar las cenizas, el viento se encargó de hacerlas correr por los aires de Tierras Blancas, cerrando así el círculo de la vida de esta poetisa chilena, quien será recordada como la dama que fue, serena, digna, responsable y con gran sensibilidad.
Sra Azucena, gracias por su labor, mas allá de las palabras, es el alma quien habla, siempre estará en nuestros corazones, Dios la bendiga siempre.