PUTAENDO.- Una historia digna de elogiar es la de Leocadia Graciela del Carmen Díaz Lazo, conocida cariñosamente como ‘Chelita’, quien cumplió 100 años de vida el pasado lunes en compañía de su inseparable amiga Clementina Rosa Ferreira Silva, hoy de 80 años de edad.
Visitamos el hogar de la señora Chelita y lo primero que nos sorprendió fue que inmediatamente nos conoció y recordaba con detalles, incluso a gran parte de nuestra familia.
En una conversación muy amena, la señora Chelita nos contó orgullosa que estaba cumpliendo 100 años de vida y que su orgullo más grande era su hija, sus nietos, bisnietos y el cariño que le brinda toda su familia junto a su amiga y prácticamente su hija, la señora Clementina Ferreira, conocida cariñosamente como ‘Clemita’.
Leocadia Díaz Lazo nació el 22 de julio de 1913 en la casa de sus padres, ubicada en calle Brasil y desde muy pequeña fue trabajadora, pues a muy corta edad aprendió a atender el negocio que su madre y su abuelo tenían en ese lugar.
Su madre murió cuando ella era muy pequeña, por lo que junto a su abuelo siguieron adelante con el negocio, del cual recuerda con mucha emoción como se las debió ingeniar para aprender a sumar y restar en el mismo establecimiento, por lo que se convirtió en una destacada comerciante que trabajó en un negocio que años después instaló en Calle Comercio esquina de Calle Vicuña, el cual atendió personalmente hasta principios del año 2000.
Su gran tesoro fue y es su hija Norka, quien le dio tres maravillosos nietos que la señora Chelita valora como su gran tesoro.
Sorprende gratamente la capacidad de la señora Chelita para recordar momentos de su niñez, juventud y de como Putaendo fue cambiando poco a poco, además de sorprendernos a cada instante con una sonrisa, bromas y con una increíble capacidad de nombrar a muchos vecinos y amigos, algunos de los cuales ya han fallecido.
AMOR DE MADRE
La señora Chelita recuerda que aún era adolescente y tenía a cargo el negocio de su abuelo y ya era la mujer de la casa, conoció a la pequeña Clementina, a quien no le gustaba ir al colegio y vez que podía se escondía en los terrenos de Calle Brasil para no ir a clases.
Chelita recuerda que pese a que Clementina tenía una buena situación económica, ya que sus padres eran dueños de varios terrenos, le pidió a su familia que la dejaran cuidarla, por lo que Clementina Ferreira Silva, la ‘Clemita’, con casi nueve años comenzó a vivir junto a la Chelita, con quien aprendió a leer, a escribir y rápidamente también a atender el negocio que tenían en Calle Brasil.
Desde aquella vez han pasado más de 80 años y la señora Chelita dice que Clemita ha sido como una hija más, una amiga y una compañera de la vida, que hoy sigue viviendo junto a ella, por lo que es considerada por toda su familia como una integrante más de la casa.
Clementina Ferreira, visiblemente emocionada, dijo que es una agradecida de la vida, pues Dios colocó en su camino a la señora Chelita, a quien reconoce como su madre, protectora, gran amiga y hoy ambas se cuidan, además indicó que para ella es un orgullo ver como su madre y amiga cumplió 100 años de vida y que sigue siendo la misma Chelita de siempre.
Estamos seguros que gran parte de la comuna de Putaendo siempre ha escuchado hablar de la Clemita y la Chelita, grandes personajes que representan parte de nuestra historia y que además nos demuestran una hermosa experiencia de madre e hija, que pese a no tener la misma sangre, son prueba concreta de una vida llena de recuerdos, amor y un ejemplo vivo para todos quienes han tenido la suerte de conocerlas.
Este próximo domingo, la antigua casa de Vicuña con Comercio se llenará de colores, familiares y amigos para celebrar en grande los 100 años de la querida Chelita, que junto a su inseparable y gran amiga Clemita, recibirá como se merece el cariño y el afecto que hoy es un justo reconocimiento al esfuerzo y trabajo de un siglo y de más de 80 años de amistad.