Un triunfo categórico obtuvieron los partidos que se ubican en los extremos del espectro político nacional, dejando un gran vacío en el centro. El Partido Republicano a nivel local logró dos consejeros (Antonio Barchiese y María López Porfiri), un tercero fue para la Unión Demócrata Independiente (Edmundo Eluchans), en tanto los otros dos recayeron en Convergencia Social (María Pardo) y un independiente por el Partido Socialista (Aldo Valle).
Estos resultados dan para varios y diversos análisis, pero a priori se podría señalar que definitivamente nuestro país se polarizó con esta elección. Otra conclusión, que hasta el momento nadie se ha atrevido a decir en voz alta, es que el triunfo de los republicanos obedece a que esa inmensa mayoría que votó por ellos, no quería una nueva constitución y apoyaron al partido que repitió hasta el cansancio esa premisa.
Con todo, la elección transcurrió en forma totalmente normal, con gran cantidad de personas que llegaron hasta los locales de votación, aunque algunos votantes sufrieron con esto de la georreferenciación porque fueron cambiados de lugar de votación. Pero en conversación con algunos encargados de local, coincidían en lo mismo: un proceso normal, donde finalmente llamó mucho la atención el rotundo éxito del Partido Republicano y la gran cantidad de votos nulos, tanto a nivel local como nacional.
Las calles adyacentes a los locales estaban habilitadas, ya que no hubo esos cortes tradicionales por parte de Carabineros. Por ello los vehículos con personas que presentaban algún tipo de discapacidad, llegaban hasta el frontis de los locales sin mayores problemas.
Miembros del Ejército de Chile estuvieron a cargo de custodiar los distintos establecimientos educacionales usados para este proceso.
En tanto en dependencias de Carabineros de la Segunda Comisaría de San Felipe, llegaron cientos de personas a estampar la constancia por estar a más de 200 kilómetros del local de votación, que era el único motivo por el cual debían concurrir al cuartel policial.
Al respecto el suboficial mayor Ciro Trejos Emparán nos comentó que a eso de las 10 de la mañana había unas cien constancias estampadas por personas que debían votar en ciudades alejadas. Además las personas debían ir a validar sus constancias dejadas en la comisaría virtual. Para ellos también había funcionarios que a través del QR podían validar.
A eso de las seis de la tarde cerraron las mesas sin mayores contratiempos, comenzando el conteo donde llamó poderosamente la atención la gran cantidad de votos nulos que poco a poco iban gritando los vocales.
Conversando con algunos funcionarios del Servel, reconocieron que había más votos en las urnas, pensando en que era obligatorio ir a votar. Otros decían que este proceso estuvo muy invisibilizado.
OPINIÓN
Con estos resultados, nuestro país da un giro importantísimo a la derecha más conservadora, cuyo máximo exponente hoy día es el Partido Republicano, entidad que se queda con las llaves de la nueva constitución, donde cualquier intento por refundar el país está destinado al fracaso. Sin duda un gran triunfo para el sector y una aplastante derrota para el Gobierno y sus partidos aliados.
Pero la pregunta de fondo, que tendrá varias respuestas según el ‘color político’ con que se mire, es a qué se debe este categórico triunfo de los republicanos… Quizás, y sólo quizás, obedezca al hecho cierto de que se trata de un partido con convicciones claras, con ideas que podrás ser demasiado conservadoras, pero que se ha mostrado siempre de una sola línea, sin ambigüedades. Se podrá concordar con su pensamiento o no, pero nadie puede negar que para la gente del sector, votar por un republicano -al menos hasta ahora- es votar por alguien que no te va a sorprender haciendo lo que no se espera de ellos, algo que es tan común en la desprestigiada casta política chilena.
Habrá que esperar para ver cómo se decantan los análisis ante estas cifras, que aunque se esperaba un triunfo de la derecha, probablemente nadie vio venir el tsunami republicano.
Marco Antonio Juri Ceballos
Director Diario El Trabajo