Walter Vergara, Manuel Valenzuela, Erwin Rojas, Osvaldo Mourgues y Jairo Astudillo, son cinco presos que recibieron una oferta laboral imposible de rechazar si tomamos en cuenta su condición económica y social. Les acompaña la Jefa del Área Técnica, Dra. Andrea Sepúlveda.

En coordinación con el Área Técnica del Centro Penitenciario de San Felipe, “Soledad Llanos Confecciones”, reconocida empresa sanfelipeña, decidió contratar a cinco privados de libertad como “costureros”. Estos nuevos empleados aseguran haber “resucitado” tras aceptar la oportunidad ofrecida.

Roberto González Short – rgonzalez@eltrabajo.cl

Los barrotes que oprimen sus vidas no son limitantes para sentirse útiles, productivos y tomados en cuenta como parte de la fuerza laboral de la que ahora son parte. DIARIO EL TRABAJO revela cómo una empresa echó mano de cinco Privados de Libertad para escribir así, una nueva página en la Historia Laboral de San Felipe.

VISIÓN EMPRESARIAL

“Soledad Llanos Confecciones” opera desde hace 20 años en calle Coimas 374. Es una prestigiosa empresa de confecciones textiles sanfelipeña que nació en 1991 para, rápidamente, tomar la vanguardia en el Valle del Aconcagua en materia de bordados decorativos en poleras, uniformes empresariales, estampados y diseños estampados en toda clase de tela. Así las cosas, hace pocas semanas la Gerente General decidió incursionar en un proyecto del cual hoy se siente orgullosa.

«Necesitaba mano de obra capaz para mi empresa, se presentó la oportunidad de ofrecer a los Privados de Libertad la oportunidad de trabajar, sentirse útiles y poder ayudar a la manutención de sus hijos y familias. En mi opinión, ellos no son escoria de la sociedad, son personas que me están demostrando capacidad y responsabilidad laboral. En este nuevo tallercito procesamos la misma calidad y producción que ofrecemos aquí en calle Coimas», señaló Llanos a DIARIO EL TRABAJO.

“NOS SENTIMOS VIVOS OTRA VEZ”

En efecto, nuestro medio pudo ingresar de forma exclusiva a las instalaciones penitenciarias con miras a registrar cómo logran los reclusos producir los buzos para la empresa de Buses J.M., entre otras de la ciudad.

En nuestra visita, y sin ser expertos en costura, pudimos confirmar el nivel de calidad con el que producen cada buzo los presos.

«Para mí, esta oportunidad me llegó de sorpresa. Para nosotros es muy difícil ser productivos en la cárcel. Ganamos lo mismo que a un empleado en libertad y eso es gratificante, nos sentimos vivos otra vez», reconoció Manuel Valenzuela, Privado de Libertad de 56 años a quien le faltan solo dos años de una condena de cinco años y un día.

“NO OFREZCO CARIDAD, DOY TRABAJO”

Por su parte, la reconocida empresaria sanfelipeña, Soledad Llanos, nos detalló las razones que la movieron a incluir a cinco presos como parte de su nueva fuerza laboral.

«Primero que todo, ellos son personas que ya conocían de Costura. Al perder su libertad no perdieron su dignidad como seres humanos, merecen esta oportunidad y ojala que otras empresas lograran también involucrarse de esta manera para ayudar a reinsertarlos a nuestra sociedad. Yo no estoy dando caridad, doy trabajo y les pago igual que a todas mis empleadas», señaló Llanos.

Miguel Vega, alto funcionario de la empresa de Buses JM, dijo a DIARIO EL TRABAJO estar muy satisfecho de que algunos uniformes de los empleados de dicha empresa sean preparados por los Privados de Libertad, mientras que elogió la iniciativa de Soledad Llanos.

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