Estaban destruidos y abandonados, hoy lucen como nuevos:
- Figuras fueron donadas por Rotary Club hace más de 20 años. Este sábado serían entregados los juegos a la comunidad.
Para nadie en nuestra comuna es un secreto el mal estado en el que quedaron las siete estructuras artificiales en el bandejón de Avenida Yungay en el sector llamado Los Dinosaurios, sitio creado para el disfrute de todas las familias y con especial cariño de los niños de nuestra ciudad, luego que con el tiempo y al calor del estallido social fueran dañadas y rayadas, dejando una triste postal de figuras urbanas casi inutilizables.
Sin embargo, cuando se presumía que estas emblemáticas figuras serían demolidas, pues ni el Municipio ni nadie se hacía cargo de su difícil restauración, apareció un empresario sanfelipeño dispuesto a devolverles la sonrisa a los niños de la comuna, invirtiendo más de 5 millones de pesos entre mano de obra y material de construcción.
Este comerciante sanfelipeño solicitó no revelar su identidad: «Me siento satisfecho y agradecido por la respuesta de la comunidad hacia mi negocio, por eso decidí devolver la mano a los vecinos, hermoseando este concurrido sector ubicado al final de Avenida Yungay al toparse con la costanera en el área norte de la ciudad, y que se caracteriza por unas estructuras de cemento con formas de estos extintos reptiles que permiten que los niños jueguen en ellos», comentó el solidario comerciante.
Es importante recordar a nuestros lectores que estos juegos infantiles tan emblemáticos, fueron donados por el Rotary Club hace más de 20 años y debido a la falta de mantención, estaban a mal traer, lo que se transformaba en un riesgo para sus visitantes.
MUY AGRADECIDO
«Estoy convencido de que cuando se ayuda a alguien, se debe hacer siempre dando las gracias, pues la vida te ha puesto en el lugar del que da y no en el lugar del que necesita pedir», agregó el anónimo donador.
Es así como el maestro constructor don José de la Barrera de 74 años de edad, poco a poco concurrió diariamente a restaurar uno a uno los dinosaurios con todo el cariño que este trabajo ameritaba y claras indicaciones de su jefe de dejarlos como nuevos para toda la comunidad.
«Yo soy polifuncional en terminaciones y en esta pega que tuve que hacer, se trata de muchos acabados y restauración de concreto, y de lo bonito y lo bueno que lo dejé porque todo lo hago de corazón, yo reparé todo un módulo acá, tanto de los dinosaurios como el castillo, el barco, el caracol que todos lo tenían hecho tira. A algunas figuras les faltaban pedazos, y bueno, me encontré con que el material que fue hecho esto es de plumavit y un poquitito que tenía de concreto, entonces yo le saqué todo eso y lo hice de cemento ahora para que no lo hagan tira, porque no son los niños los que dañan estos juegos, sino que son los adultos», nos comenta don José.
– ¿Quién pagó toda esta mano de obra y materiales?
– El caballero no quiere que se sepa nada porque todo lo hace de corazón, porque la gente cooperó con él en compra de materiales en su empresa y él ha devuelto a la comunidad haciendo esto. A mí el me ha pagado en todos estos meses unos $3 millones de pesos por todo mi trabajo, y él también ha puesto los materiales y la pintura especial para dar el acabado brillante de las figuras. No puedo decir su nombre, creo que este sábado van a entregar las figuras de manera oficial a la comunidad, a la junta de vecinos.
SIN PUBLICIDAD
Acá no hubo letreros, ni publicidad ni grandes comitivas de autoridades prometiendo un futuro esplendor a los vecinos, sólo un solitario hombre con una hermosa misión entre sus manos y un comerciante satisfecho de tener la oportunidad de agradecer. Esto es lo hermoso de esta historia, la sencillez de quien sin ser millonario, pudiendo ahorrar, invertir o gastar en sí mismo o su familia este dinero, decidió aportar a su ciudad sin grandilocuencias, tampoco en secreto, sino más bien en silencio. Hombres como él hay pocos, están ahí para mostrarnos que otro mundo es posible, pues sus actos nos recuerdan que al final del camino, siempre será mejor estar del lado de quienes ayudan, pues buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el nuestro.
Roberto González Short