LOS ANDES.– A la Pena Única de 15 años y un día de Presidio Mayor en su grado máximo, fue condenado en Juicio Oral José Antonio Campos Hernández (46), como autor del delito de Violación Reiterada y Estupro, en contra de su ahijada. Los ultrajes produjeron entre los años 2007 y 2011, iniciándose cuando la menor tenía solamente siete años de edad. Campos Hernández se encontraba en Prisión Preventiva desde el 27 de febrero de 2013 cuando fue detenido por la PDI en la ciudad de Talca, hasta donde había huido para ocultarse una vez que supo que era buscado por la Policía por estos hechos.
Según los antecedentes aportados por el Fiscal Alberto Gertosio durante el juicio que culminó esta semana, los hechos comenzaron a producirse en el año 2003 en el negocio de la abuela de la niña ubicado en Avenida Pascual Baburizza. Campos era un trabajador de la familia y se había ganado el aprecio de ellos, a tal punto que mientras los padres de la niña iban a trabajar, él la cuidaba.
LA CREÍA SU POLOLA
Para ganarse su confianza, el sujeto le regalaba dulces Alka, mismos que se los daba en la boca, aprovechando con ello de besarla. Posteriormente continuaron con tocaciones en las partes íntimas, hasta que una oportunidad y en un cuarto ubicado en la parte posterior del negocio, la accedió carnalmente. Los ultrajes continuaron cada vez que quedaba solo con la niña, amenazándola con matarla si contaba lo sucedido.
El hombre aprovechaba de decirle a la niña que ‘ella sólo era de él’, dándole a entender de cierta forma que eran pololos. Cuando los padres de la niña se separaron, ella se fue a vivir con su padre a una casa en Villa Minera Andina, donde el acusado se ofreció también para cuidarla. Fue así que el sujeto pudo seguir ultrajando a la niña en forma reiterada hasta el año 2011.
La última de las violaciones la cometió a principios de 2011 cuando la víctima ya tenía 15 años y había comenzado su despertar sexual. En el último de estos ultrajes usó un cuchillo para amenazarla, reiterándole que no contara lo que él le hacía. Sin embargo ella, agobiada por los años de abusos, le contó la situación a la orientadora del colegio donde estudiaba y luego a su pololo.
A instancias de la orientadora se le informó a la madre sobre estas violaciones de que había sido víctima su hija a manos de su padrino y a la vez trabajador de confianza de la familia.
José Antonio Campos al ser encarado por los padres, abandonó la zona, mientras que el papá estampó la denuncia en la fiscalía el mismo año 2011. De esta forma las diligencias estuvieron a cargo de la Brisexme, quienes se entrevistaron con la niña que relató escabrosos detalle del poder que ejercía Campos Hernández sobre ella y que no le permitieron contar lo que le pasaba. Incluso y de acuerdo a su relato, teniendo trece años un día se encontraba junto a una amiga en la casa de su abuela hasta donde llegó el sujeto que les dio ron y una vez que ambas estaban ebrias, le habría hecho tocaciones a su amiga de la misma edad, incluso dándole besos en la boca.
TENDENCIA SUICIDA
Asimismo, las pericias ginecológicas forenses determinaron que la menor presentaba desgarros antiguos en sus partes íntimas que son compatibles con una violación. También presenta conductas suicidas que se vieron refrendadas cuando en un momento, antes de denunciar el hecho, trató de quitarse la vida ingiriendo una gran dosis de Ravotril.
A casi un año de su formalización, la fiscalía pudo llevar a juicio al imputado quien deberá cumplir la condena en forma efectiva. Además no podrá ejercer oficio en que tenga que trabajar con menores de edad y su huella genética será incorporada al Registro Nacional de Condenados por Delitos Sexuales.