‘De a dulce y de agraz’. Así califica su paso por la Municipalidad de San Felipe, el funcionario Roberto González, quien luego de 42 años de servicio público, este viernes se acogió a retiro voluntario, realizando su última labor para el área de Comunicaciones de la corporación, trasladando a los periodistas y reporteros al sector de Calle Ortiz. Roberto González llegó al municipio con 23 años de edad. Ya se había casado y entonces la labor era bastante más sacrificada que ahora, ya que por ejemplo, las horas extraordinarias de trabajo no eran canceladas, como tampoco había bonos, ni gratificaciones.
Pese a esto, el funcionario municipal realizaba su labor con alegría y mucho gusto. Era para él un orgullo desempeñarse en este servicio público, reconociendo eso sí, que la ciudad de San Felipe era muy diferente.
«La población era más pequeña y claro, los sectores poblados también. Había muy pocas poblaciones, así que viví todo el proceso de crecimiento de San Felipe, cada inauguración de nuevas villas, cada construcción, conozco cada pasaje, cada calle. Sé dónde está cada lugar de la comuna, porque fui conociéndolo desde su creación», contó a Diario El Trabajo Roberto González.
Así también, fueron muchos los alcaldes con los que tuvo la oportunidad de trabajar. Partiendo por Juan Fuentes Gallardo, hasta este 2014, en que el municipio es liderado por Patricio Freire Canto. Esto significó que le tocara también vivir todo el período de Dictadura Militar, partiendo por el Golpe de Estado. Cuenta que al asumir el poder el Ejército los vehículos municipales eran utilizados para fines castrenses.
MUCHO SACRIFICIO
«Muchos camiones fueron requisados por el Regimiento Yungay, entonces yo pasé a trabajar para el Ejército, aunque me pagaba el sueldo la municipalidad. Fue un período sacrificado, pero fueron más los años en que me los pasé sin ver a mis hijas (3), ya que el trabajo acá significaba estar disponible todo el tiempo, entonces a mis hijas las veía durmiendo en las mañanas cuando salía y durmiendo en las noches cuando regresaba. Me perdí toda su infancia», cuenta el chofer municipal.
Si de anécdotas se trata, González comentó que son muchísimas, pero recuerda con cariño la época de Juan Fuentes, cuando el municipio sólo tenía camiones destinados a la recolección de basura.
«A veces el alcalde me mandaba a buscar algún galvano o premio a Viña del Mar o a Santiago. Entonces había que ir en el camión de la basura, así que yo lo lavaba muy bien, lo dejaba lo más limpio posible y partía a lugares como el Casino. Acá llegó el primer vehículo chico, después del Golpe. Llegó al municipio un Renault del año 1973, que era de propiedad de la secretaria de Salvador Allende, ese fue el primer auto que tuvo la municipalidad, porque hasta entonces, eran puros camiones», manifestó González.
González dice estar agradecido del servicio público, porque tuvo la ocasión de conocer a mucha gente buena, compartir con excelentes compañeros de trabajo y dedicarse a realizar un trabajo que si bien muchos no reconocen, tiene un valor importantísimo en el quehacer municipal.
Don Roberto no tenía ganas de hablar con los medios. Dijo que le costaba expresar sus sentimientos. Sin embargo al rato volvió y dijo que podía contar algunas anécdotas. Fue así como terminó hablando de diferentes aspectos de su carrera municipal. Fueron 42 años de servicio público y aunque podría pensarse que Roberto González se dedicará ahora a descansar, lo cierto es que desea continuar trabajando. Luego de sus vacaciones, tiene contemplado comprarse un automóvil e incorporarse como taxista en las calles de San Felipe. Total, se las conoce de memoria.